Donald Trump acusa a Volodímir Zelenski de ser “un dictador sin elecciones”. El argumento esgrimido por el presidente de Estados Unidos ya lo hemos escuchado antes de labios, precisamente, de Vladimir Putin. El presidente ruso sostiene que el de Ucrania no está legitimado para negociar ningún acuerdo de paz por que no ha sido refrendado en las urnas desde que ganó la de 2019.
La respuesta de Zelenski es obvia: Ucrania está en guerra, precisamente por culpa de Putin, y en esas condiciones no pueden celebrar elecciones. En ese país no se pueden convocar comicios cuando la ley marcial está en vigor y lo está desde febrero de 2022… cuando las tropas rusas invadieron Ucrania.
Por eso, aunque el mandato de Zelenski terminó el pasado mes de mayo, se renovó automáticamente. Además, unos 6 millones de ucranianos viven ahora fuera, en distintos países de Europa. Y por ultimo, ¿cómo organizar unas elecciones si un 20% de tu territorio está ocupado por otro país?
El caso de Ucrania reabre el debate de si una nación puede o debe celebrar elecciones cuando está en guerra. Dirá Putin que sí, que se puede, que él lo hizo el año pasado. Efectivamente, las presidenciales en Rusia fueron en marzo de 2024.
Supusieron una nueva victoria de Putin, la quinta consecutiva. El mandatario ruso obtuvo más del 87% de los votos en un proceso electoral sin alternativa real y con la oposición laminada y maquillada. Pero lo relevante para el caso que nos ocupa, Putin pudo convocar comicios porque su país no estaba invadido sino que era el invasor.
La historia muestra que naciones que estaban inmersas en un conflicto armado aplazaron la cita con las urnas incluso pese a no haber sido invadidas.
El propio Trump diría que en su país nunca se han aplazado unas elecciones. Y es verdad, pero es que desde principios del siglo XX no ha habido ninguna guerra en el territorio de EEUU. La única excepción es el bombardeo japonés de la base naval de Pearl Harbor, en las islas Hawai, durante la Segunda Guerra Mundial.
Ninguna guerra ha amenazado directamente la existencia del país, de modo que en EEUU nunca se tuvo que decretar la ley marcial. Sin embargo, las guerras mundiales, las dos, sí afectaron a los resultados de las elecciones. Todo ello lo recuerda Babel una web ucraniana financiada en parte por USAID, la Agencia de EEUU para el Desarrollo Internacional (lo que hoy resulta paradójico por el cambio de postura de Trump respecto a Rusia y porque el presidente ha decidido la práctica eliminación de esta agencia gubernamental).
De votar en tiempo de guerra sabe mucho Israel. Ha sido la consecuencia de constituirse como Estado a base de enfrentarse a los vecinos y de expandirse a su costa. Así ha sido desde 1948, cuando se aprobó la Declaración sobre el Establecimiento del Estado de Israel.
El primer primer ministro David Ben-Gurion tenía que formar un parlamento, celebrar elecciones parlamentarias y votar la Constitución antes del 1 de octubre de 1948. Pero ya el 15 de mayo, Egipto, Líbano, Siria, Transjordania e Irak declararon la guerra al nuevo país e invadieron al vecino impuesto por las potencias occidentales con Reino Unido a la cabeza.