Los temores del Covid-19 no se han erradicado de todos los rincones del planeta, a pesar de que la mayoría de los países parecen haber dejado el problema atrás. Mientras territorios como Estados Unidos y España habilitan a abandonar el tapabocas en el transporte público, otros como China debieron recular. Sobre todo, en Shanghái, la ciudad más grande del gigante asiático.
Sin embargo, a pesar de que la cantidad de fallecimientos continúa proliferando, las autoridades locales tomaron la decisión de relajar el confinamiento establecido desde principio de mes, cuando 25 millones de personas fueron obligadas a recluirse en sus hogares.
La prudente medida contempla habilitar la circulación barrial de 12 millones de habitantes en un marco donde la ciudadanía ha manifestado su malestar por los intensos días de encierro que implicaron dificultades para obtener comidas, problemas en las cadenas de suministros y congelamiento en procesos productivos de numerosas empresas.
Beijing aún no claudica en su ambiciosa estrategia de Covid-19 cero y demuestra sensatez hacia la cantidad de contagios para que estos no escalen, con mayor énfasis en las personas mayores, una franja etaria que –además de la vulnerabilidad- arrastra una baja tasa de vacunación.
Sin embargo, Shanghai registró este miércoles la confirmación de 18.000 nuevos casos y siete víctimas mortales, las cuales contaban con patologías previas e, incluso, cinco superaban los 70 años, según la Comisión Nacional de Sanidad. Otros 2.365 pacientes fueron dados de alta de hospitales tras recuperarse del coronavirus.
Las autoridades sanitarias también dieron cuenta que detectaron 17.166 casos asintomáticos, solo 100 fuera de Shanghái.
Desde marzo, la multitudinaria urbe registró más de 400.000 infecciones y 17 fallecimientos –los primeros fueron el lunes-, números oficiales bajos respecto a las comparativas promedio o de sitios como Hong Kong, que padecieron 9.000 muertes desde el estallido de ómicron en enero pasado.
En tanto que toda China continental suma actualmente 30.773 casos positivos, con 116 en grave estado.
Empero, el proyecto de cero Covid-19 ha logrado resultados exitosos gracias a confinamientos forzosos, test masivos y restricciones fronterizas a costas del padecimiento de empresas y fábricas.
El Fondo Monetario Internacional también vaticinó consecuencias negativas por este aislamiento y recortó el pronóstico de crecimiento económico nacional un 0,4%, quedando en 4,4%. Esto es casi la mitad que la progresión de 2021 y un punto por debajo del objetivo trazado por el Partido Comunista para 2022.
Por tal motivo, desde Beijing confeccionaron una lista de entidades relevantes que podían continuar en funcionamiento, con más de 600 firmas radicadas en Shanghái, principal motor económico nacional.