El edificio de la Cancillería siria en Damasco, la capital.
Damasco condena la entrada no autorizada de una delegación francesa al territorio sirio, y la cataloga de una violación flagrante de la soberanía de Siria.
Siria condena “en los términos más enérgicos” la visita ilegal de una delegación del Ministerio de Exteriores francés al territorio sirio y considera este acto como una violación flagrante de las leyes y el derecho internacional, ha informado este martes la agencia oficial local de noticias SANA, citando a un funcionario de la Cancillería siria.
Medios locales informaron la semana pasada de la visita de varios diplomáticos franceses, encabezados por Stéphane Romatet, director del Centro de Gestión de Crisis y Apoyo de la Cancillería gala, en el noreste de Siria, donde se reunieron con representantes de la milicia separatista Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria.
Según informes, la delegación gala firmó un documento de cooperación con la milicia kurdo-árabe FDS, y recibió a 10 mujeres y 15 niños de las familias del grupo terrorista Daesh, que estaban detenidos en un campo de refugiados en el noreste del país árabe.
Siria afirma que Francia, con su apoyo al terrorismo, es el responsable directo de la matanza de los sirios y recuerda a París que era del colonialismo se ha acabado.
Esta cita, agrega el diplomático sirio, llevada a cabo en pleno apagón informativo de los medios occidentales, “muestra una vez más la abierta hostilidad de Francia hacia Siria” y la colaboración e implicación del país europeo en las agresiones de los grupos terroristas y milicias separatistas al territorio sirio.
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La fuente siria ha recordado a París que la lucha contra el terrorismo debe ser en cooperación con el Estado sirio que enfrentó este flagelo y no en cooperación con las milicias separatistas que actúan al servicio del Gobierno francés.
Actualmente, las llamadas Fuerzas Democráticas Kurdas, apoyadas por Estados Unidos, ocupan una gran parte del noreste y este de Siria, ricas en hidrocarburos. Desde el inicio de la crisis, esta milicia, con el apoyo financiero y armamentístico que recibe desde el Occidente, ha estado luchando contra el Ejército sirio a fin de derrocar al Gobierno de Bashar al-Asad. Sin éxito en ese objetivo, la milicia busca separar el norte y este del territorio sirio, una federalización que rechaza categóricamente Damasco.
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