El partido-milicia chií libanés Hezbolá ha confirmado la muerte de catorce de sus miembros, incluido el comandante Ibrahim Akil, víctimas del último “bombardeo selectivo” de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) contra la capital del país, Beirut, en un suceso que se saldó con otros casi 70 heridos.
“Es con gran orgullo que la resistencia islámica presenta hoy a uno de sus grandes líderes como un mártir en el camino a Jerusalén, y promete a su alma pura permanecer leal a sus objetivos, esperanzas y camino hasta la victoria”, ha señalado Hezbolá en un comunicado recogido por la cadena Al Manar, afín al grupo. Asimismo, la milicia libanesa ha recordado que Akil fue parte de “una de las heroicas operaciones durante el enfrentamiento ante la invasión israelí de Beirut a principios de los años 80”, aludiendo así al ataque contra la Embajada de Estados Unidos en Líbano en 1983, y ha ensalzado su liderazgo desde los años 90.
Por otro lado, Hezbolá ha confirmado también la muerte de Ahmed Mahdmud Wehbe, un destacado comandante de la milicia que dirigió las operaciones de la Fuerza Radwan en el frente libanés desde el comienzo de las hostilidades en la región tras los ataques del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) del 7 de octubre. Junto a Akil y Wehbe también han fallecido otra decena de miembros de Hezbolá, víctimas de un ataque aéreo israelí que en la víspera sacudió un edificio residencial del un barrio en el sur de Beirut y en un momento en el que la zona era testigo de un intenso movimiento de civiles, según han denunciado desde Líbano.
El Ministerio de Salud de Líbano confirmó ya en la víspera la muerte de más de 30 personas, mientras que otras cerca de 70 resultaron heridas, incluidas nueve que se encuentran en estado grave, por lo que no se descarta que la cifra de muertos pueda aumentar. Israel, por su parte, confirmó horas después del ataque que el principal objetivo había sido Akil, líder de la citada Fuerza Radwan. Según las autoridades israelíes, el comando tenía planificado llevar a cabo una incursión terrestre contra el país como al estilo de los ataques de Hamás de hace casi un año.
Por su parte, las autoridades de Líbano han reconocido este sábado que la situación de seguridad en el país es “delicada y peligrosa”. El Consejo Central de Seguridad de Líbano ha celebrado una reunión extraordinaria tras la que el ministro del Interior, Bassam Maulaui, ha señalado que las fuerzas libanesas deben “vigilar activamente cualquier movimiento sospechoso” en aras de evitar “cualquier violación o ataque a zonas residenciales” del país.
Maulaui ha reconocido que muchos civiles, incluidos mujeres y niños, han fallecido o resultado heridos en los últimos días por culpa de Israel, y ha incidido en la necesidad de “seguir las cámaras para detectar cualquier movimiento en todas las zonas”, según recoge el diario ‘L’Orient-Le Jour’. “La coordinación entre las fuerzas de seguridad es necesaria para afrontar los desafíos. Todos debemos estar en un estado constante de vigilancia y preparación total”, ha remachado el ministro en una jornada marcada por el nuevo balance de fallecidos por el ataque israelí de la víspera contra el sur de Beirut.
Estas declaraciones del ministro del Interior de Líbano se han producido poco antes de que las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) anunciaran en sus redes sociales que estaban llevando a cabo una nueva oleada de ataques contra “objetivos de la organización terrorista Hezbolá”, sin dar más detalles al respecto.
Esta treintena de fallecidos se suman a los casi 40 que han perdido la vida a causa del estallido de dispositivos de comunicación -‘buscas’ y ‘walkie-talkies’- vinculados a Hezbolá entre el martes y el miércoles. Beirut y la milicia atribuyen las explosiones a Israel y prometen una respuesta, si bien las autoridades israelíes no se han pronunciado al respecto.