En China ha surgido la tendencia Tang ping: sus activistas jóvenes están cansados de trabajar 12 horas al día seis días a la semana toda la vida para poder criar hijos y tener un apartamento.
Los jóvenes chinos se desilusionan con el estilo de vida de sus padres, escribe The Straits Times: están tratando de romper el sistema de hipercompetencia y cambiar la cultura laboral en el país mediante el movimiento Tang ping que llama a tomar “posición horizontal”, tanto literal como figurativamente. Así, sus seguidores están tratando de superar la cultura del 9-9-6 en el país, en donde la gente trabaja desde las nueve de la mañana hasta las nueve de la noche, seis días a la semana.
Estas cargas a menudo conducen a agotamiento emocional y físico, desgaste profesional y, en casos extremos, incluso a la muerte. No solo los adultos, sino también los muy jóvenes ponen en peligro su salud al trabajar en exceso.
Y no es solo un problema para los trabajadores en China. En 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció oficialmente el “desgaste físico y mental en el trabajo” como una enfermedad crónica.
En contraste con Tang ping, existe el movimiento Neijuan que alienta a los estudiantes a ir a trabajar inmediatamente después de ingresar a la universidad, pasando exámenes muy difíciles.
Trabajar en exceso es necesario en China para garantizar al menos un nivel de vida promedio. “Si una persona no vive en una gran ciudad como Shanghái, Pekín o Chongqing, entonces gana un promedio de 5.000 yuanes. Un apartamento, por regla general, cuesta dos millones de yuanes. Imagínese cuánto necesita trabajar para ganarse este espacio vital. Aparte de eso, la ropa y la comida son muy caras en China. El impuesto sobre la compra de bienes y automóviles es muy alto”, explicó al medio ruso Gazeta.ru el ciudadano chino Chen Chen que ha estado viviendo en Rusia durante varios años.
En Rusia, al igual que en China, varias generaciones se acostumbraron a recibir del Estado vivienda buena, medicina buena y educación de todos los niveles gratis a cambio de trabajo continuo y el cumplimiento de las normas públicas. A finales del siglo XX, este modelo económico en el que la mayoría de la población cuenta con la ayuda estatal en vez de contar con sus propias fuerzas dejó de existir en ambos países, pero la mentalidad social no es tan fácil de cambiar.
En la China contemporánea prácticamente no existen subsidios sociales, por lo tanto para, por ejemplo, criar hijos es necesario ganar mucho, cuenta Chen Chen: “Si una familia tiene hijos, el 50% del presupuesto familiar se destina a ellos: su educación y su desarrollo. Incluso si la familia es rica, no pueden permitirse tener una gran cantidad de hijos. Una buena guardería cuesta 250.000 yuanes y una escuela es aún más cara”.
Esto lleva al hecho de que muchos se niegan a participar en la interminable carrera por la supervivencia. Los jóvenes no se casan, no tienen hijos, no compran una casa o un automóvil, se niegan a trabajar en exceso y a ocupar cargos altos, escribe Washington Post.
Algunos defensores de Tang ping lo comparan con la generación beat de los años 1950 en Estados Unidos. Otros lo comparan con la forma no violenta de resistencia a la sociedad de consumo.
Tang ping refleja la frustración de la clase media en China que se enfrenta al estancamiento del crecimiento salarial en ciudades cada vez más competitivas.
“Si una persona pertenece a una familia de bajos ingresos y no tiene acomodo, entonces prácticamente no tiene posibilidades de hacer carrera. Y la gente china, sabiendo esto, está protestando no contra el trabajo mismo, sino contra el hecho de que no les pagan por trabajar extra. Quienes están al mando se benefician de sus trabajadores que no tienen posibilidad de ascender”, relata Chen Chen sobre la situación en su país.
La interlocutora de la revista Insider Yubo Li dice lo mismo. Explica que los seguidores de Tang ping no alientan a las personas a dejar su trabajo y acostarse en el sofá para siempre. “Hablan de ir a tu propio ritmo y hacer lo que te gusta. Me indigna la idea de que tengo que trabajar hasta la muerte para avanzar en mi carrera”, dijo Yubi Li.
Las autoridades de China están tratando de combatir el Tang ping. Recientemente, la red social Douban bloqueó la comunidad Lying flat, dedicada al estilo de vida horizontal, a la que se han suscrito 9.000 personas. Sin embargo, aparecieron nuevas de inmediato.
El ala juvenil del Partido Comunista de China declaró en Weibo en mayo: “A la juventud china nunca le gustó estar tumbada. Tenemos creencias, sueños, ambiciones y la capacidad de contribuir al desarrollo de nuestra nación”.
De hecho, los ciudadanos chinos que no quieren vivir en la pobreza simplemente tienen que adaptarse a este sistema, cree Chen Chen: “Si no trabajas 12 horas al día y rechazas las condiciones que te ofrece la empresa, inmediatamente se encuentra a alguien más para tu cargo, porque la gente necesita sobrevivir”.