El devastador terremoto deja 21.051 personas fallecidas, 17.674 en Turquía y 3.377 en Siria, pero las autoridades no descartan que la cifra aumente
En una región castigada por la guerra civil en Siria y el desplazamiento de millones de personas, el terremoto de magnitud 7,8 sorprendió a muchos en la cama el lunes todavía de madrugada.
El jefe de la Organización Mundial de la Salud, Tedros Adhanom Ghebreyesus, y el responsable humanitario de la ONU, Martin Griffiths, anunciaron que visitarán la zona.
Daños superan los USD 2.000 millones por el terremoto
La presidenta del Comité Internacional de Cruz Roja, Mirjana Spoljaric, se encuentra en Alepo, en Siria. “Las comunidades que sufrieron años de fieros combates ahora se encuentra mutiladas por el terremoto”, tuiteó.
La guerra destruyó hospitales y problemas en el suministro de electricidad y agua en Siria, pero la ONU solo puede enviar ayuda a las zonas rebeldes del noroeste a través del cruce de Bab al Hawa en la frontera con Turquía.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió al Consejo de Seguridad que autorice la apertura de nuevos pasos de ayuda humanitaria entre ambos países.
“Este es el momento de la unidad, no es momento de politizar o dividir. Es obvio que necesitamos un apoyo masivo”, afirmó.
Más allá del sombrío balance humano, la agencia de calificación financiera Fitch estimó que los daños económicos por el sismo superarán los 2.000 millones de dólares y probablemente alcancen los 4.000 millones.
El terremoto es el más importante en Turquía desde 1939, cuando 33.000 murieron en la provincia oriental de Erzincan.
Por ahora, el balance provisional se sitúa en 21.051 personas muertas, 17.674 en Turquía y 3.377 en Siria, pero los expertos consideran que el saldo subirá todavía significativamente. Fuente: DW