Un grupo de empleados noruegos de petróleo y gas en alta mar comenzó este 5 de julio un cese de actividades que, de extenderse, podría llegar a reducir las exportaciones de gas del país en un 56% y exacerbar la escasez de suministro a raíz de la guerra de Ucrania.
A ningún consumidor de gas europeo le conviene que la huelga iniciada este 5 de julio de 2022 por parte de los trabajadores petroleros de la industria de petróleo y gas en Noruega se intensifique, ya que el solo comienzo del paro ya provocó aumentos hasta de un 16% en el precio del gas.
Y no es para menos: Noruega es el segundo proveedor energético de gas de Europa después de Rusia, que por estos días tiene una gran demanda, pues es considerado un sustituto confiable y estable del gas ruso, en especial, a medida que se acerca un cierre por mantenimiento de diez días del gasoducto Nord Stream 1 a partir del 11 de julio.
Los miembros del sindicato de Lederne, una de las varias asociaciones noruegas, votaron el jueves contra un acuerdo de incremento salarial de entre el 4% y el 4,5%, por encima del alza general del 3,7% acordada en abril entre las principales organizaciones de empleados y empleadores de Noruega.
El gigante energético noruego Equinor dijo que había cerrado la producción en tres campos de petróleo y gas después de que sus trabajadores se retiraran tras una serie de negociaciones salariales fallidas, y advirtió que se esperaban más cierres.
“Casi el 60 por ciento de las exportaciones de gas de la plataforma continental noruega (NCS, por sus siglas en inglés) se verán afectadas cuando la huelga se intensifique más a partir del sábado”, dijo la Asociación Noruega de Petróleo y Gas en un comunicado.
La huelga se produce en un momento en que los precios de la energía ya se han disparado como resultado del impacto de la invasión rusa de Ucrania y las sanciones que impuso Occidente al Kremlin.
