Rusia bombardea desde hace cuatro meses esta ciudad clave para el control del este y avanza también en la localidad al otro lado del río, Lisichansk
Rusia continúa su avance en el este de Ucrania. Mientras sus posiciones se hacen más fuertes en la ciudad de Lisichansk, el último reducto que quedaba en Severodonetsk, la localidad hermana al otro lado del río Donets, ha acabado por rendirse a la evidencia. El jefe de la Administración Militar de la región oriental de Lugansk, Serhii Haidai, ha anunciado que, “lamentablemente”, los ucranianos se ven forzados a retirar sus tropas del enclave estratégico de Severodonetsk.
Esta apacible ciudad industrial, que antes de la guerra tenía 160.000 habitantes, es ahora una urbe en ruinas, con el 90% de los edificios dañados y destruidos los tres puentes con los que contaba, lo que dificulta enormemente la evacuación de heridos. El gobernador había dicho a la agencia Associated Press hace unos días que en la ciudad quedan unos 12.000 civiles, muchos de ellos sin acceso a agua, electricidad o gas. “Desafortunadamente, tendremos que retirar nuestras tropas de Severodonetsk, porque no tiene sentido estar en posiciones rotas: el número de muertos está creciendo”, dijo Haidai en su cuenta de Telegram.
Esta ciudad lleva semanas sufriendo el asedio de las tropas rusas, que la consideran un punto clave para hacerse con el control de toda la región que, junto a Donetsk, integra Donbás, donde actúan guerrillas prorrusas. Severodonetsk está entre las ciudades más importantes con las que se ha hecho el Kremlin en la zona de Donbás.
El responsable regional señaló que “los rusos bombardean Severodonetsk casi todos los días desde hace cuatro meses”. También dijo que las tropas rusas avanzan desde las poblaciones de Zolotii y Toshkivka hacia Lisichansk, lo que parece ser el nuevo objetivo para el ejército de Moscú.