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El Gobierno ucraniano urgió este 1 de diciembre a la OTAN a preparar sanciones económicas contra Rusia ante un presunto plan del Kremlin para invadir a la exrepública soviética, cuando se registra un gran despliegue de tropas rusas a lo largo de sus fronteras. El presidente Vladimir Putin, presiona por evitar la vinculación de Kiev con la alianza militar, al considerarlo una “amenaza en las proximidades del territorio ruso”.
Es el enfrentamiento potencialmente más peligroso con Moscú desde la Guerra Fría. Tras el exponencial aumento de tropas rusas en la frontera, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el Kremlin se lanzan amenazas mutuas.
En medio de esta tensión, el ministro de Relaciones Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, se unió al segundo día de reuniones de los ministros de Relaciones Exteriores de la OTAN en Letonia, desde donde instó a preparar sanciones económicas contra Moscú como medidas “disuasivas”, para frenar lo que considera una posible invasión rusa.
“Pediremos a los aliados que se unan a Ucrania en la elaboración de un paquete de disuasión”, en caso de que “decida elegir el peor de los escenarios”, afirmó Kuleba.
En los últimos meses, Ucrania ha venido denunciando el despliegue de tropas rusas en su frontera, pero el aumento ha sido significativo recientemente. Las alarmas se prendieron luego de que los uniformados de Moscú iniciaran ejercicios militares a gran escala en más de 30 campos de concentración en seis regiones diferentes, según asegura Kiev.
El Ministerio de Defensa ucraniano calcula que más de 114.000 soldados rusos han sido desplegados en las zonas limítrofes en el noreste, este y sur de Ucrania, incluidos alrededor de 92.000 soldados de infantería y fuerzas aéreas y marítimas.
El despliegue ha sido tal que distintos gobiernos de Occidente, entre ellos Estados Unidos y la Unión Europea (UE), han alertado sobre un probable y próximo ataque.
Washington advirtió a Moscú que una agresión contra Kiev traería “graves consecuencias”.
Las claves de la nueva tentativa de guerra
Si bien Ucrania no es miembro de la OTAN, la alianza militar le ha ofrecido su completo respaldo y asegura estar comprometida en preservar la soberanía de la exrepública soviética, que se inclina a fortalecer sus relaciones con Occidente.
La furia de Moscú ha vuelto a estallar debido a los planes de Kiev de unirse tanto a la OTAN como a la Unión Europea (UE).
Putin exige garantías de la coalición militar de no expandirse y descartar “cualquier movimiento adicional de la OTAN hacia el este y el despliegue de sistemas de armas que nos amenacen en las proximidades del territorio ruso”.
Incluso, el martes Putin amenazó con utilizar un arma hipersónica recién probada si la OTAN cruza “líneas rojas” y despliega misiles en territorio ucraniano.
No obstante, es poco probable que Washington acepte sus presiones, pues ya ha señalado que ningún país tiene derecho a vetar las ambiciones de Ucrania en la OTAN.
En medio de esta pugna, el mandatario ruso pidió conversaciones “serias” con Estados Unidos y sus aliados. El secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, se reunirá este jueves 2 de diciembre con el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, en Estocolmo.
El conflicto separatista
Kiev y Moscú han estado técnicamente enfrentados desde 2014, cuando Vladimir Putin anexionó a su país la entonces provincia ucraniana de Crimea. Desde entonces, la presencia militar rusa en la zona limítrofe ha sido frecuente.
Pero dados los nuevos movimientos militares rusos de las últimas semanas y las advertencias de la OTAN de involucrarse, la situación ahora sería peor.
Rusia respalda a los separatistas en una guerra de larga data en la región de Donbass, este de Ucrania, y recientemente acusó a Kiev de movilizar 125.000 soldados, o la mitad de su Ejército, en la zona de conflicto.
El Kremlin dice que teme que Ucrania intente recuperar las áreas rebeldes por la fuerza, algo que llamó un “aventurerismo muy peligroso”.
Kiev rechaza los señalamientos y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, dijo que se necesitaban conversaciones directas con Moscú para poner fin a la guerra en el este, que según Kiev ha matado a más de 14.000 personas.
“Debemos decir la verdad de que no podremos detener la guerra sin negociaciones directas con Rusia, y hoy esto ya ha sido reconocido por todos, todos los socios externos”, dijo Zelenski al Parlamento de su país.
Sin embargo, hasta ahora Putin ha desestimado el llamado.
Con Reuters, AP y EFE