Terrible madrugada la que vive Washington después de que un avión de American Airlines con 64 personas a bordo (60 pasajeros y 4 tripulantes) procedente de Wichita (Kansas) se haya estrellado con un helicóptero militar Black Hawk cuando iba a aterrizar en el Aeropuerto Nacional Ronald Reagan de Washington.
Por el momento, se desconoce el número exacto de víctimas mortales, aunque las autoridades han recuperado ya una veintena de cuerpos y una de las cajas negras del avión. Las labores se centran ahora en buscar a posibles supervivientes. Tras la colisión, tanto la aeronave como el helicóptero han caído sobre el río Potomac.
Las probabilidades de encontrar a alguien con vida son, en cualquier caso, muy escasas. En el caso de que alguien haya sobrevivido al violento choque, debe hacer frente a las temperaturas gélidas del río Potomac. Según las autoridades, en el momento del accidente el termómetro marcaba en sus aguas 1 ºC, condiciones en las que un ser humano solo puede sobrevivir durante 20 minutos. En total, en el lugar hay 300 unidades de emergencias con camiones de bomberos, coches de policía y ambulancias, así como barcos de rescate y unidades de buceadores.
Paralelamente a las labores de rescate, las autoridades investigan las causas del extraño accidente. Extraño, porque en las imágenes que han trascendido se observa cómo el helicóptero, en el que viajaban tres soldados, parece dirigirse directamente hacia el avión sin que realice ninguna maniobra para tratar de evitar la colisión.
Las primeras palabras del presidente de EEUU, Donald Trump, tras el accidente evidencian el sentir general en el país: parece que el accidente podría haberse evitado. “La noche estaba clara, las luces del avión estaban encendidas, ¿por qué el helicóptero no subió, bajó o giró? ¿Por qué la torre de control no le dijo qué hacer en lugar de preguntar si vio el avión?“, ha escrito en su red social, Truth Social.
En un comunicado oficial hecho público por la Casa Blanca, el mandatario se ha mostrado más tibio: “Que Dios bendiga sus almas. Gracias por el increíble trabajo realizado por nuestros socorristas. Estoy pendiente de la situación“, afirma.
Ante este escenario, son clave las comunicaciones que momentos previos a la colisión mantuvieron los controladores aéreos y el helicóptero. Según Associated Press, 30 segundos antes un trabajador de la torre contactó con el Black Hawk para preguntarle si tenía a la vista el avión comercial. “PAT 2-5 [helicóptero], ¿tiene el CRJ [avión] a la vista?”, y a continuación le señala: “PAT 2-5, pase por detrás del CRJ”. Acto seguido, el piloto del helicóptero contesta: “PAT 2-5 tiene la aeronave a la vista, solicite separación visual“.
Unos 13 segundos después, el audio reproduce algunos jadeos, incluido una fuerte exclamación de fondo, en la torre, que inmediatamente alertó a otro piloto de lo que había sucedido.
