El reciente caso en Texas de un hombre que habría contraído la gripe aviar (el virus H5N1) a través de vacas contaminadas ha hecho saltar las alarmas de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la enfermedad y su posible transmisión a humanos a través de otros animales mamíferos. Aunque no existen pruebas de que la transmisión entre seres humanos sea posible, esta posibilidad ha generado inquietud entre la comunidad científica.
Detectado por primera vez en China en 1996, la enfermedad de la gripe o influenza aviar se ha expandido por todo el mundo (especialmente entre 2004 y 2006) donde en sus diferentes variantes ha logrado transmitirse de aves a mamíferos.
Aunque es una enfermedad principalmente animal y que se registra en brotes aislados, tiene una alta tasa de mortalidad en humanos en el caso de que estos enfermen (normalmente por contacto directo con animales infectados): en la historia han contraído la enfermedad 884 personas y han fallecido 461 de ellas en todo el mundo, según los datos de la OMS.
Desde que se detectó por primera vez la enfermedad, la gripe aviar se ha expandido por diferentes países de todo el mundo, especialmente por todo el continente asiático y por Europa, con la mayoría de los países afectados, pero también en África y Sudamérica. En España, desde 2012 solo se han producido dos casos de H5N1, ambos asintomáticos.
Aunque es una cuestión de salud pública importante y motiva todo tipo de regulaciones agrícolas y ganaderas para prevenir a las aves y a los mamíferos de contraer la enfermedad (y su posterior transmisión a los humanos), lo cierto es que los casos en humanos son, a día de hoy, poco frecuentes.
Según informa el Centro de Control de Enfermedades estadounidense (CDC), el caso de Estados Unidos es actualmente el único registrado en todo el mundo. En los últimos cuatro años, ningún brote ha excedido de los dos infectados en ningún país del mundo. El último gran brote de gripe aviar se registró en Egipto en enero de 2015, cuando se registraron hasta 50 casos de la enfermedad en seres humanos.
No obstante, aunque no constituye actualmente una amenaza real, el virus sigue presente en aves por todo el mundo: en la temporada 2023-2024 se han detectado solo en Europa 275 focos en aves de corral, 1.039 en aves silvestres y 57 en aves cautivas, detectándose en España solo 24 casos en aves silvestres, según datos del Ministerio de Agricultura.