Ucrania puede disponer de más de 100 misiles S-200, que se perciben ahora como una amenaza bastante grave, declaró a Sputnik el director del Centro de Análisis del Comercio Mundial de Armas, Ígor Korótchenko.
“Podemos estimar provisionalmente que el número de misiles antiaéreos guiados S-200 restantes en Ucrania, que se pueden convertir en una variante de ataque, oscila entre varias docenas y 150 unidades”, afirmó Korótchenko.
Añadió que resulta difícil ofrecer una evaluación más precisa porque los misiles han estado almacenados durante mucho tiempo en condiciones diferentes y su grado de conservación técnica puede variar enormemente.
“Pero dado que se ha fijado la tarea de identificar y destruir los lanzadores y los lugares de almacenamiento, el peligro se evalúa como bastante alto”, añadió el experto.
El 9 de julio, el Ministerio de Defensa de Rusia denunció que Ucrania lanzó un ataque a tres regiones de Rusia, usando una versión modificada del misil tierra-aire S-200. Dos misiles S-200 fueron derribados por las defensas aéreas y otros dos, desviados de su trayectoria con sistemas de guerra electrónica.
El jefe del Estado Mayor General (EMG) de Rusia, Valeri Guerásimov, tras escuchar un informe sobre el ataque, dio la orden de detectar de forma sistemática los sitios de almacenamiento y lanzamiento de los S-200 y medios similares para poder destruirlos con antelación.
¿Qué son los misiles S-200?
Los misiles utilizados por Ucrania en su reciente ataque contra Rusia constituyen la parte del complejo del sistema soviético de defensa antiaérea de largo alcance S-200. Su versión original se desarrolló en 1964 y fue puesto en servicio en 1967. Las características de este equipamiento lo convirtieron en uno de los más eficaces de su época. En este sentido, la propia URSS no lo suministró a los mercados internacionales hasta 1980, cuando empezaron a sustituirlo con modelos avanzados de S-300 y apareció así un modelo de exportación S-300PT.
La Unión Soviética elaboró varios modelos de misiles S-200 con el alcance máximo de 160 km a 300 km según la modificación. Además, la industria soviética creó variantes con una ojiva nuclear especial para atacar grupos de blancos. Los misiles S-200 miden 11 m de largo y tienen una masa de lanzamiento de 7,1 toneladas, alcanzando una velocidad máxima como arma de defensa antiaérea de unos 4.300 km/h.