En palabras del prisionero, en su unidad había “bastantes, tal vez unos 50” soldados que se fueron de la zona del combate sin permiso, “probablemente por darse cuenta de que los jefes están mintiendo”.
“Nos aseguran que todo va bien, hablan, y de alguna manera consiguen que la gente se quede, que confíe en ellos. Pero ocurre totalmente lo contrario“, afirmó el militar.
Detalló en este sentido que los que ya estuvieron en combate y se enfrentaron a la dura realidad deciden desertar.
“Todo lo que dicen no es verdad. La gente se da cuenta de que es solo una masacre y solo te vas a morir”, resumió el soldado ucraniano.
Rusia lanzó la operación militar especial en Ucrania en respuesta a la solicitud de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, previamente reconocidas por Moscú como Estados soberanos, para que se les preste ayuda frente al genocidio por parte de Kiev.
La tasa de deserción de Ucrania es tan alta que con dificultad podría ser ignorada por los políticos y la prensa. Por ejemplo, a finales de agosto, una fuente de seguridad rusa declaró, citando a una persona de las FFAA de Kiev, que los militares ucranianos de la 123.ª brigada fusilaron a 23 de sus propios combatientes por intentar desertar de sus posiciones cerca de Jersón.