Seis lotes de palta, quinua y maca peruana, entre otros alimentos, han sido observados e inmovilizados cuando iban a ingresar a países de la Unión Europea (UE) desde que comenzó el año. En estos productos se encontraron metales pesados en niveles mayores a los permitidos, así como restos de plaguicidas que son prohibidos en la UE, pero que en Perú se continúan utilizando en la agricultura. La Red de Acción en Agricultura Alternativa (RAAA) recomienda que la autoridad competente intervenga con regulaciones más estrictas sobre estas sustancias en el mercado nacional.
VIGILANCIA. De las 31 alertas emitidas desde 2020, 18 son consideradas graves.
La Unión Europea rechazó, el pasado 21 de marzo, un lote de paltas peruanas que tenía como destino los Países Bajos, luego de detectar niveles de cadmio por encima de lo permitido. Dos días después de esta alerta, se volvió a notificar al país sobre un lote de maca orgánica en polvo —cuyo destino también era los Países Bajos— que tenía niveles elevados de cadmio. En lo que va del 2022, el Sistema de alerta rápida para alimentos y piensos (RASFF) de la Comisión Europea advirtió seis veces sobre la exportación de productos peruanos que contenían metales pesados y plaguicidas tóxicos, inmovilizando dichos lotes antes de su ingreso a los países de destino.
OjoPúblico revisó el registro del sistema RASFF, el cual muestra que, desde el 2020, se han rechazado 31 envíos de productos nacionales que tenían como destino Europa. Entre los alimentos observados se encuentran paltas, maíces, cereales y productos marinos.
Las alertas en el RASFF fueron emitidas luego de hallar niveles de metales pesados por encima de lo establecido en frutas y verduras, la utilización de plaguicidas prohibidos en Europa y deficiencias en el almacenamiento y empaque de alimentos. De las 31 alertas emitidas, 18 son consideradas graves. En cuanto al tipo de producto, las mayores observaciones se realizaron a frutas y vegetales y, en menor medida, a carnes y cereales.
El cadmio es un metal pesado considerado tóxico, por lo que su presencia en los productos nacionales exportados ha generado diversas alertas. En julio del año pasado se detuvo un primer lote de paltas que contenía niveles de cadmio por encima de 0,05 miligramos por kilo (mg/kg), el límite máximo establecido en la regulación europea. También estuvo presente en un lote de pimientos que tenía como destino España, cuya alerta se emitió el 4 de marzo de este año. Además, en setiembre del 2020 se encontró plomo por encima de los niveles permitidos en kion (raíces de jengibre) enviadas a los Países Bajos.
Otro elemento recurrente en las alertas emitidas para alimentos peruanos es el clorpirifós, un químico empleado en plaguicidas que está prohibido desde el 2020 en Europa. En Perú, sin embargo, se continúa utilizando, pues a la fecha solo existe un proyecto de ley para evitar el uso de este y otros agentes tóxicos en la agricultura. Esta iniciativa —planteada por el excongresista Roberto Chavarría en febrero del 2021— pretende prohibir la fabricación, comercialización y uso de plaguicidas químicos nocivos para la salud humana y el medio ambiente. El proyecto está pendiente en la comisión Agraria.
Se ha encontrado clorpirifós en espárragos verdes, frijol negro y quinua. El 23 de febrero pasado se rechazó un envío hacia Luxemburgo de plátanos orgánicos que contenían este elemento. Otros insecticidas y fungicidas hallados en alimentos peruanos son clotianidina, clorotalonil, procloraz y la iprodiona.
Sustancias con efectos biológicos adversos
Luis Gomero, coordinador Nacional Ejecutivo de la Red de Acción en Agricultura Alternativa (RAAA), señaló a OjoPúblico que desde que el clorpirifós fue prohibido en Europa la RAAA ha advertido sobre el uso significativo del químico para el cultivo de frutas y verduras. “La única posibilidad de detener el uso indiscriminado de los productos de alta peligrosidad es que la autoridad competente intervenga haciendo regulaciones estrictas o sacándolo del mercado”, explicó.
En el 2020, la Unión Europea decidió no renovar la autorización para el uso de clorpirifós y clorpirifós metil en plaguicidas, después de realizar estudios que concluyeron que estas sustancias pueden dañar el material genético y tener efectos biológicos adversos. Incluso pueden provocar efectos adversos en el sistema nervioso central, el sistema nervioso periférico y a los órganos de los sentidos.
El Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (Senasa) comunicó a los agroexportadores sobre esta prohibición y señaló que sometería a un “proceso de reevaluación a varios plaguicidas de uso agrícola registrados, entre los que se encuentra el clorpirifós, a efectos de determinar el estatus del mismo”. Sin embargo, este elemento siguió siendo utilizado en la agricultura. El listado de plaguicidas químicos registrados en Senasa del 2021 muestra la autorización hasta para 12 insecticidas que tienen al clorpirifós como insumo principal.
Carlos Leyton, exministro de Agricultura, señaló a OjoPúblico que este tipo de insumos se continúan empleando en los cultivos por su precio, que es menor que otros plaguicidas menos tóxicos. Sin embargo, dijo que la utilización de estos aditivos a largo plazo afecta a la productividad de los agricultores, porque otros países evitarán importar alimentos de origen nacional que puedan estar contaminados. También se mostró preocupado por la recurrencia de envíos bloqueados por exceso de cadmio.
La Guía de Práctica Clínica para el Diagnóstico y Tratamiento de la Intoxicación por Cadmio del Ministerio de Salud señala que este metal es un elemento tóxico y dañino para el ser humano. Su ingesta excesiva puede causar alteraciones gastrointestinales, insuficiencia renal aguda, alteración de la función hepática, acidosis metabólica y coagulopatía. La guía indica que el cadmio es uno de los elementos más peligrosos para la alimentación humana, debido a su carácter acumulativo, es decir que el cuerpo retiene este elemento. Se considera mortal llegar a consumir más de 350 miligramos de este elemento.
Suelos con elevados niveles de cadmio
Gabriel Amaro, director ejecutivo de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú, refirió que la prohibición de ingreso de la Unión Europea de algunos lotes de alimentos peruanos fue sobre casos puntuales y no de toda la producción nacional. Según Amaro, los productos que salen del país son analizados para determinar los restos de minerales y pesticidas que puedan contener. Además, dijo, los exportadores cuentan con certificados de buenas prácticas agrícolas.
Senasa informó que la empresa cuyo último lote de paltas hass fue bloqueado en los Países Bajos por exceso de cadmio contaba con todas estas certificaciones. Si bien la institución reguladora aún investiga cuál sería la causa de la contaminación, esta institución indicó a OjoPúblico que los suelos, en algunas zonas del país, tienen niveles de cadmio elevados que son absorbidos por las plantas y llegan hasta los frutos. Tal es el caso de la costa norte del Perú, de dónde provino el primer lote de paltas observado en el 2021.
“A raíz de esta experiencia, se está manejando como hipótesis que este (segundo) caso tenga la misma respuesta. Por ello, en las próximas semanas se estará realizando un estudio técnico-científico para corroborar este tipo de casos que se presentaron, considerando que las indagaciones realizadas para esta notificación también contaban con resultados que estaban dentro los límites permitidos”, señaló la entidad vía correo electrónico.
Al respecto, Gabriel Amaro explicó que, en efecto, el cadmio está presente en la tierra donde se siembran los alimentos y muchas veces es absorbido por las plantas. También puede estar presente en el agua empleada para el riego y en los agroquímicos.
DESDE EL 2020, LA UNIÓN EUROPEA APLICA UNA NUEVA METODOLOGÍA DE EVALUACIÓN A ALIMENTOS AGROPECUARIOS”.
Además, Senasa indicó a este medio que se debe tener en cuenta que, a partir del año 2020, la Unión Europea aplicó una nueva metodología de evaluación y muestreo de alimentos agropecuarios, por lo que se intensificó el monitoreo para todos los países que envían sus productos. Esta sería la principal razón por la cual las alertas para alimentos exportados desde Perú empezaron a aparecer en el sistema RASFF desde aquel año.
En el caso del cadmio, el nivel máximo permitido en la Unión Europea se redujo de 0,10 mg/kg a 0,50 mg/kg, señaló Juan Carlos Paredes, presidente de Asociación de Productores de Palta Hass del Perú (Prohass). “La regulación cambió, varió el límite máximo hasta la mitad. A consecuencia de ello, hay gran cantidad de reportes por exceso de cadmio de todos los países, no solo en Perú”, mencionó.
El cultivo de palta hass se incrementó en el país en los últimos años, según Prohass. Juan Carlos Paredes indicó que esta expansión pudo llevar el cultivo a nuevas zonas, donde el cadmio está presente en el suelo. En cuanto al mercado, en el 2021, Europa consumió alrededor del 55% de las 483.000 toneladas de producción de palta.
Si bien el endurecimiento de las normas fitosanitarias en la Unión Europea ha supuesto inconvenientes para algunos productores nacionales, Luis Gomero de la RAAA considera que el país también debe reducir los límites máximos de estos elementos y prohibir el uso de plaguicidas tóxicos. Mientras que en la UE se ha prohibido el uso de clorpirifós, la norma sanitaria nacional que establece los límites máximos de residuos de plaguicidas de uso agrícola en cultivos de consumo en Perú permite su utilización para la palta, la quinua, el espárrago y otros alimentos.