El Universal Beijing Resort comienza a funcionar después de varios meses de retraso por la pandemia de covid-19 y con un sobrecoste de más del doble del presupuesto inicial
Dos décadas después de que se idease el proyecto, Pekín es, oficialmente ya, un poco más hollywoodense. El quinto parque temático bajo el sello de Universal Studios, y el más grande de todos, abrió este lunes sus puertas en la capital china en medio del aumento de las fricciones bilaterales entre el gigante asiático y Estados Unidos. Tras siete años de labores preparativas y con una inversión que supera los 6.500 millones de euros, el publicitadísimo Universal Beijing Resort aspira a atraer a un considerable porcentaje de los 20 millones de turistas que, en tiempos de normalidad, visitan la urbe anualmente.
Antes de que Pekín ganara una relevancia extra en el panorama internacional con la celebración de los Juegos Olímpicos de 2008, la compañía Universal Parks & Resorts (ahora filial de Comcast NBC Universal) ya había elegido la capital china como enclave donde erigir la joya de su corona. El proyecto, sin embargo, ha terminado costando más del doble del presupuesto que se estimó (20.000 millones de yuanes, unos 2.600 millones de euros) cuando China le dio luz verde en 2014. Fuentes consultadas por el periódico South China Morning Post calculan que el gasto final asciende a 50.000 millones de yuanes (alrededor de 6.500 millones de euros), mientras que las de la agencia de noticias Xinhua añaden otros 3.000 millones de yuanes destinados al desarrollo de otros planes municipales relacionados, entre los que figuran la finalización de varias autovías y una nueva estación de metro en la que confluyen dos líneas.
Según estimaciones aparecidas en The Wall Street Journal, Universal Beijing Resort es el parque temático con la mayor inversión inicial de la historia y el primero que supera el desembolso récord de Disneyland Shanghái, que se inauguró en 2016: 4.650 millones de euros. Es, además, el complejo de atracciones al que se ha concedido el mayor crédito sindicado, la friolera de 3.500 millones de euros.
Universal Parks & Resorts —igualmente propietaria de los parques de Los Ángeles, Orlando (ambos en EE UU), Osaka (Japón) y Singapur— participa con un 30% en el consorcio Beijing International Resort, que administra la instalación pekinesa; el 70% restante del capital total provino de las arcas de Beijing Shouhuan Cultural Tourism Investment, una firma de inversión turística financiada por cinco empresas estatales.
Con un área total de 4 kilómetros cuadrados, el tercer Universal Studios de Asia es el doble de grande que el de Osaka y cinco veces mayor que el de Singapur. Ubicado en el distrito de Tongzho, 20 kilómetros al este del centro de Pekín, se espera que anualmente reciba más de 10 millones de visitas y genere ingresos mínimos de 10.000 millones de yuanes (1.300 millones de euros) al año.
Entradas desde 55 euros
El complejo está compuesto por siete mundos temáticos, el bulevar CityWalk (que alberga tiendas, un cine y restaurantes, y para el que no se necesita entrada al parque) y dos hoteles: el Universal Studios Grand Hotel (único hotel temático de la compañía hasta la fecha) y el primer resort de la cadena hotelera de lujo china NUO. Sus precios mínimos rondan los 2.000 y 3.000 yuanes (260 y 400 euros) por noche, respectivamente. El precio de las entradas al recinto de atracciones oscila, según la temporada y la fecha, entre 418 y 718 yuanes (de 55 a 94 euros).
El presidente y director general de Universal Beijing Resort, Tom Mehrmann, ha expresado que el parque “cuenta con las mejores atracciones de la marca, así como con nuevas experiencias, únicas de su tipo, creadas para reflejar la rica cultura y herencia de China”. El visitante respira esa peculiar atmósfera tradicional en la zona dedicada a la película Kung Fu Panda (ningún otro de los parques cuenta con ella), donde se puede pasear por un pueblo lleno de farolillos que nos transporta a la idea más romántica de la China antigua.
Pero no se trata solamente de un Universal con características chinas. El Mundo Mágico de Harry Potter, la Tierra de los Minions y la Isla Nublar de Parque Jurásico también tienen su espacio. Y los más temerarios entre los visitantes pueden disfrutar de la espectacular montaña rusa Decepticoaster en la base de Transformers. Las atracciones virtuales e inmersivas priman en un recinto que, por el momento, dispone de un total de 37 atracciones para todos los gustos y edades.
Alrededor de 520.000 personas —con invitación— visitaron el complejo durante los 19 días previos a su inauguración oficial, en una preapertura para someterlo a pruebas. A pesar de tener un aforo límite de 30.000 visitantes diarios durante ese periodo, las colas superaban la hora de espera, lo que dejará a muchos pensando cuán largas serán ahora que el complejo funciona a toda capacidad. “En la aplicación oficial puedes comprobar el tiempo para subir a cada atracción. Es ideal para poder organizarte”, comenta la señora Yu, quien visitó el parque con su hija de 25 años, Ningxuan. Esta joven confiesa que no conoce casi ninguna de las películas en las que se inspiran las instalaciones, pero le gusta la variedad tan amplia de restaurantes y tiendas que ha encontrado, aunque critica los precios: “Según he visto en los comentarios de Weibo [el Twitter chino], es el más caro de todos”. A pesar de que los souvenirs tienen un coste prohibitivo para el ciudadano de a pie, la amplia mayoría de aquellos privilegiados con la visita anticipada se marcharon con un carrito de palomitas de los Minions o con una varita o capa de Harry Potter.
Sin miedo al coronavirus
“Hay bastante gente, pero no tengo miedo de que se pueda producir un rebrote. Tenemos que llevar mascarilla todo el tiempo, escaneamos el código de salud antes de montar a cada atracción y los trabajadores del parque nos recuerdan usar los dispensadores de gel hidroalcohólico”, explica Zhao Yang, de 26 años, quien consiguió las cotizadísimas entradas de prueba en dos ocasiones.
Los avances tecnológicos de China no solo sirven para mantener a raya la pandemia, que ya retrasó la inauguración del recinto, prevista para la pasada primavera. El Universal de Pekín se caracteriza por ser un parque inteligente, creado en colaboración con el gigante del comercio electrónico Alibaba. Para “facilitarle” el recorrido al turista chino —más que acostumbrado a ceder su información personal diariamente a las tecnológicas— se ha desarrollado un moderno sistema de reconocimiento facial que permite acceder al parque, pagar en los establecimientos o alquilar una taquilla.
La segunda fase del proyecto, prevista para 2025, contará con un segundo parque temático, uno acuático y cinco hoteles, según informó Wang Tayi, director general del consorcio Beijing International Resort, el pasado abril. Wang también confirmó que tienen en mente una tercera fase para el futuro. “Después de eso, Universal Beijing Resort contará con tres parques temáticos, dos bulevares comerciales y siete hoteles. Será un centro turístico de primera clase mundial”, aseguró durante el XVI Congreso Mundial de Ocio celebrado en Pekín en primavera.
Convertido en el mayor mercado de este sector, según detalla la Asociación Internacional de Parques de Atracciones y Recreo (IAAPA, por sus siglas en inglés), el tercer país más extenso del planeta tiene abiertos 156 parques temáticos (28 más que hace dos años) y se espera que se inauguren otros 80 hasta 2025, con un monto de inversión que sobrepasará los 300.000 millones de yuanes (39.400 millones de euros).