“Una nota de protesta, firme, porque la información que manejamos, y que ellos no han podido negar, es que fueron estos cuatro Gobiernos los que actuaron con mayor, digamos, mala intención, para fomentar nuevos ataques con estas pretendidas medidas coercitivas, pretendidas sanciones contra la República Bolivariana de Venezuela”, ha informado este miércoles el canciller venezolano, Jorge Arreaza.
El encuentro con los embajadores de Francia, Romain Nadal, Alemania, Daniel Kriener, así como los jefes de misión de España, Juan Fernández Trigo, y de Países Bajos, Robert Schuddeboom, se llevó a cabo en la sede del Ministerio venezolano de Asuntos Exteriores en Caracas, capital del país bolivariano.
Esta presentación de las notas de protesta ha tenido lugar después de que el Consejo de la Unión Europea (UE) anunciara el lunes nuevas sanciones contra 19 funcionarios venezolanos, incorporándolos a la “lista de personas sujetas a medidas restrictivas” por su papel en las elecciones parlamentarias de diciembre de 2020, alegando que no han cumplido los estándares democráticos en dichos comicios.
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, advierte ante la ONU que no aceptará ninguna injerencia o intervención de “mecanismo inquisidor” en contra de su país.
No obstante, el Gobierno venezolano, a modo de respuesta a tal “injerencia y sesgo” del bloque comunitario, ha declarado esta misma jornada persona non grata a la embajadora de la UE, Isabel Brilhante Pedrosa, y le ha dado 72 horas para abandonar el país caribeño.
Además de recalcar que los europeos no tienen ninguna autoridad moral, ni tampoco legal, “para imponer castigo alguno a ciudadanos de otro país”, el titular venezolano ha recalcado que las políticas de Venezuela se basan en la justicia y la paz internacionales, así como en la doctrina del Libertador Simón Bolívar.
Venezuela se convirtió en 2017 en el primer país latinoamericano en ser sancionado por la UE, que, desde entonces, ha aprobado medidas contra 55 funcionarios venezolanos, entre las que figuran la prohibición de viajar a su espacio y la congelación de activos.
Las autoridades venezolanas han denunciado en reiteradas ocasiones la clara subordinación de Bruselas a la estrategia de máxima presión de EE.UU.