La esposa del nuevo mandatario jugó un papel importante en el triunfo del representante de Pacto Histórico. Rol que la hizo recorrer Colombia por meses y que, posiblemente, ayudó a que Petro lograra la histórica victoria de la izquierda en el país.
Con la victoria del izquierdista Gustavo Petro en la elección presidencial realizada el domingo en Colombia, nuevos moradores llegarán al Palacio de Nariño, la sede del Ejecutivo colombiano. Entre ellos estará Verónica Alcocer, esposa desde hace más de 20 años del hasta ahora senador que, a diferencia de la campaña de 2018, esta vez estuvo en primera línea de la cruzada por la presidencia.
“Mi presidente, te amo”, escribió Alcocer en su cuenta personal de Twitter luego de la victoria. Junto al texto, agregó un extracto del discurso del electo presidente en el que este agradece a su esposa por haberlo “aguantado durante tantos años”. El público, vitoreando a la mujer, incluso obliga a Petro a detener su alocución. “¡Beso, beso, beso!”, aclamaba la gente. Y Alcocer, fiel a su estilo, le toma la cara al economista y cumple el deseo de los presentes.
Esta espontánea y “desparpajada” forma de ser, tildaron algunos medios colombianos, fue lo que la puso en el ojo público rápidamente durante la campaña. Sus virales bailes subidos a redes sociales junto a las comunidades que visitó por seis meses buscando votos y apoyos para Petro contrastan con sus orígenes familiares, los que están ligados a la derecha conservadora. Tanto así, que sus seguidores la apodaron como la “Lady Di colombiana”.
Nacida en Sincelejo, en mayo de 1976, fue la primera de tres hermanos. Su padre, Jorge Emilio Alcocer, era un admirador del político conservador Álvaro Gómez y un asistente regular de la iglesia, explicó la propia hija en diversas ocasiones. Su abuelo, Eustorgio Alcocer Navas, fue dos veces alcalde, por lo que nunca estuvo ajena a la política.
Conocida en su ciudad de origen como “La Polla”, fue definida por conocidas como alguien que parecía no encajar con los códigos de familia, detalló el periódico El Colombiano. Quizás por eso fue que, en el 2000, cuando estudiaba su tercer semestre de la carrera de Derecho, se enamoró de Gustavo Petro. En aquel entonces, el economista rondaba los 40 años y se dirigió a la Corporación Universitaria del Caribe, lugar donde Alcocer estudiaba, para dictar una conferencia. Ella, cercana a los 25 años, afirmó en entrevista con El Tiempo que estuvieron tres meses hablando por teléfono antes de que lo presentara a su padre.
“Pensé mucho cómo hacer esto, pues mi papá, conservador y él, de izquierda y exguerrillero. Afortunadamente, todo salió bien, hablaron por un largo rato y a pesar de sus diferencias se adoraron. La etapa de noviazgo fue maravillosa, yo era malísima conquistando, pero él con su inteligencia me enamoró; me apasiona esto de él, es un hombre brillante”, dijo en la ocasión.
El 17 de diciembre de ese mismo año contrajeron matrimonio. Sofía y Antonella hicieron crecer a una familia que ya era grande. Petro era padre de tres jóvenes de dos relaciones previas, mientras que Verónica Alcocer tenía a Nicolás, un hijo previo a su relación con el ahora mandatario colombiano.
Desde pequeña, Alcocer mostraba intereses distintos a los de su familia. “Le gustaba escandalizar, porque era de una familia muy chapada a la antigua. Fue muy duro cuando ella salió a estudiar a Cartagena y regresó en embarazo. En ese tiempo no era como ahora. Ella siempre apoyó a la comunidad LGBTI y cosas como el aborto, que ahora son normales, pero por entonces eran bien difíciles”, afirmaron cercanos a la mujer a El Colombiano.
Pasaron los años, y la elección presidencial de 2018 llegó. Era la segunda vez que Gustavo Petro postulaba al máximo cargo político de Colombia, pero Alcocer, tal como antes, no participó de las actividades ni se sumó a la búsqueda de votos. “La labor de sacar a sus hijos adelante”, dijo al medio colombiano Caracol, ya estaba cumplida, por lo que para la campaña de 2022 se pudo dedicar de lleno al “proyecto personal de Victoria Alcocer”, como lo definió en la misma entrevista.
Pero ese camino paralelo al de Petro, pero independiente, como aseguró la nueva primera dama, no ha estado exento de críticas y sobresaltos. Tal como fue la tónica de la campaña de Pacto Histórico, la filtración de videos y audios -como el que se vio a un asesor comunicacional planificando una campaña sucia contra uno de los contrincantes de primera vuelta- también salpicó a Verónica Alcocer.
“A todas les va bien, todas entran de reporteras y terminan en el mismo canal casándose (inaudible) con los dueños, pa’ eso entran ahí, pa’ qué crees”, fue el registro que se difundió donde se ve a la nueva primera dama hablando sobre una periodista de Noticias Caracol.
“Pido sinceras disculpas a las periodistas que les haya ofendido las grabaciones ilegales y sacadas de contexto, que no representan mis ideas”, explicó en un comunicado difundido por redes sociales.
En los seis meses que recorrió Colombia, su perfil de Instagram, lugar donde subía muchos de sus videos compartiendo con comunidades, visitando proyectos culturales y bailando, creció exponencialmente. “Si yo ayudé a mis hijos, ¿por qué no puedo ayudar al resto del mundo? Aquí la cosa es servir. Y si Dios y la vida disponen que Gustavo no va a ser presidente, yo no voy a dejar de ayudar”, dijo a El Tiempo antes de la elección de Petro.
Hoy, a meses de que la banda presidencial colombiana se pose en los hombros de su esposo, el objetivo que prometió en campaña de “hacer visibles a las madres, empoderar a la mujer y luchar, incansablemente por quien necesita esa pelea y no la puede dar”, está en sus manos.