Washington y Bagdad confirmaron la retirada completa de las tropas estadounidenses que quedan desplegadas en Irak con el fin de luchar contra el autoproclamado Estado Islámico. No fijaron plazos concretos, pero adelantaron que en el territorio iraquí dejarán de haber bases militares extranjeras. Según el comunicado conjunto, la misión de las fuerzas de EE.UU. y de la coalición se centrará en la formación y asesoramiento de los soldados iraquíes.