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Yolanda Díaz sostiene que su proyecto es salir de la “esquinita” situada a la izquierda del PSOE

La vicepresidenta opina que los partidos son percibidos como un “obstáculo”

La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social , Yolanda Díaz , tras recoger el ‘Premio cermi.es 2021’, otorgado por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) en la categoría institucional, al Ministerio de Trabajo y Economía Social, este jueves en Madrid.
La vicepresidenta segunda del Gobierno y ministra de Trabajo y Economía Social , Yolanda Díaz , tras recoger el ‘Premio cermi.es 2021’, otorgado por el Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) en la categoría institucional, al Ministerio de Trabajo y Economía Social, este jueves en Madrid.ZIPI (EFE)
PAULA CHOUZA
Madrid – 

Sin presiones y con los partidos en un segundo plano. Yolanda Díaz quiere pilotar el proceso de construcción de un “proyecto de país” para la próxima década, pero rechaza quedarse en la “esquinita” del espectro electoral a la izquierda del PSOE, que considera “muy pequeño y marginal”. La vicepresidenta segunda, que en los últimos tiempos ha rebajado el papel de Unidas Podemos en la conformación de una plataforma para las elecciones generales previstas en 2023, ha afirmado este jueves que las organizaciones políticas son percibidas como un “obstáculo” por la ciudadanía y abogó por las políticas transversales, elevando sus aspiraciones por encima de las etiquetas ideológicas. “Yo no quiero unir a la izquierda, quiero que la sociedad española sea la protagonista de un proceso imprescindible de transformación social de mi país. Y ahí quiero que esté todo el mundo”, manifestó durante una entrevista en Radiocable.

Aunque volcada ahora en su labor como ministra de Trabajo, Díaz lleva meses anunciando un “proceso de escucha” con diferentes colectivos por todo el territorio, que según ha confirmado este jueves en unas declaraciones especialmente críticas con las organizaciones políticas, arrancará después de la Navidad. “Sé que hay gente en mi espacio que dice, ‘Yolanda es muy naíf’, no es verdad. Los partidos son una cosa muy pequeña en nuestro país y son un obstáculo hoy en la ciudadanía española. Son percibidos así”, asumió.

Si bien la vicepresidenta ha insistido en múltiples ocasiones en que esta apreciación viene de lejos, ya de sus tiempos en la política gallega, ahora limita —al menos en su discurso— la influencia de las formaciones políticas en el proyecto que diseña e incluso deja en el aire su papel. “Lo de los partidos ya lo veremos, son muy importantes, yo les agradezco muchísimo el trabajo, pero las construcciones sociales son de la gente y deben ser de otra manera, hay una distancia enorme [con la ciudadanía]”, señaló. “Si yo le digo a una amiga mía, ‘vente a un debate de una organización política’, de las que yo no formo parte, por cierto, me va a decir, ‘mira, no me interesa nada’. Sin embargo, si yo le digo, vente a trabajar conmigo para un tema concreto del modelo productivo y qué hacer en la construcción en nuestro país me va a decir, ‘voy encantada’”, enfatizó.

Aunque el aterrizaje de esta fórmula que pretende Díaz no está clara aún, la vicepresidenta se refirió al acto del pasado noviembre en Valencia, donde participó junto a la líder de Compromís, Mónica Oltra; la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau; la portavoz de Más Madrid en la Asamblea regional, Mónica García, y la política ceutí Fátima Hamed, como un encuentro al margen de las instituciones políticas. Aquel coloquio, que no contó con la participación de las principales dirigentes de Podemos y en el que tampoco hubo referencia alguna a la organización, causó recelos en el partido de la ministra Ione Belarra, que evitó apoyar inmediatamente a la vicepresidenta, después de que la propia Díaz afirmara que aquello era “el comienzo de algo maravilloso”.

Aunque la cúpula de Podemos brinda en público su respaldo a la dirigente gallega, la formación, a través del exvicepresidente Pablo Iglesias, también ha manifestado su deseo de que el proceso se cierre “cuanto antes”, e incluso su portavoz, Pablo Fernández, abogaba el lunes pasado en rueda de prensa por concurrir ya en un “frente amplio” a las próximas elecciones andaluzas, previstas para 2022. “No me presionéis, porque si me presionan mucho me voy”, afirmó Díaz también este jueves.

Rechazo a las etiquetas

La vicepresidenta enfatizó, además, su rechazo a las etiquetas, algo que los dirigentes del partido perciben tan solo como una estrategia para construir un perfil de candidata que vaya más allá de Unidas Podemos. “Yo no quiero estar a la izquierda del PSOE. Le regalo al PSOE esa esquinita. Eso es algo muy pequeño y muy marginal. Las políticas que despliego son transversales (…) Yo no trabajo y nunca lo he hecho desde la izquierda de la izquierda. Lo que me seduce es pensar un país en grande, en el que quepamos todos y todas”, afirmó Díaz, quien ha militado durante años en Izquierda Unida y conserva el carnet del PCE. La responsable de Trabajo dirigía sus palabras también al presidente Pedro Sánchez, que hace semanas abogó por que hubiese un “proceso de unión” de los partidos situados a la izquierda de los socialistas. “Este presunto regalo que nos pretendieron hacer, ‘usted quédese en la extrema izquierda’, no la quiero”, afirmó contundente.

Las declaraciones llegaban pocos minutos de conocerse los datos de desempleo de noviembre, con una bajada del paro, y con las últimas encuestas del CIS sobre la mesa, que la sitúan como la líder política mejor valorada y la segunda preferida por los españoles para presidir el Gobierno. Díaz busca que en su plataforma “esté todo el mundo”, también los partidos, según concede. Sin embargo, se muestra prudente: “No me creo nada. Sé que todo es coyuntural, que hoy te quieren mucho y mañana, nada”.

Polémica por la actuación del Gobierno frente a la covid

Preguntada sobre el proceso para poner en marcha el mecanismo de los ERTE, Yolanda Díaz afirmó  este jueves durante la entrevista que el 15 de febrero de 2020, al ver que “la pandemia azotaba fuertemente a Italia”, convocó a su equipo para “desplegar” una batería de medidas. “Veíamos lo que iba a pasar”, afirmó. Su Ministerio publicó el 4 de marzo una guía para facilitar información a las empresas en caso de detectar contagios o frente a la falta de suministros. “Fue enormemente polémica en el Gobierno y también fuera se me acusó de alarmista. Esto fue la antesala del 8 de marzo”. Las palabras de la vicepresidenta fueron contestadas ayer por el secretario general del PP, Teodoro García Egea, que afirmó que si Díaz tenía información sobre la peligrosidad del virus y no la compartió se estaría ante un “caso gravísimo de negligencia política”. Sin embargo, la publicación de la guía fue conocida. Patronal y sindicatos la criticaron e incluso la Moncloa emitió un comunicado remarcando que era Sanidad quien establecía los protocolos. La OMS, además, no declaró el brote de coronavirus pandemia global hasta el 11 de marzo. La vicepresidenta puntualizó horas después que el Gobierno “siempre ha actuado con la diligencia debida”. “La oposición está buscando polémicas artificiales”, remarcó en declaraciones en el Congreso.

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