La Organización Meteorológica Mundial emitió el pasado 1 de marzo un informe de previsiones en que se indicaba que “es posible que [este 2023] se desarrolle un evento de El Niño-Oscilación del Sur (ENSO)”. El Centro de Predicción Climática de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por las siglas en inglés) ha hecho algo muy parecido con la publicación (13 de abril) de una alerta de vigilancia ante la posibilidad de que aparezca un nuevo episodio de El Niño en los próximos seis meses, con un 62% de probabilidades de que el inicio de este fenómeno meteorológico-climático cíclico se produzca entre mayo y julio. “Si bien todavía estamos en una fase neutral de ENSO, cuando no hay presencia de El Niño o La Niña, existe un 62% de posibilidades de que El Niño se desarrolle en algún momento entre mayo y julio. Esto viene después de casi dos años continuos de La Niña”, detalla la NOAA en su página en internet.
La NOAA recuerda que “El Niño-Oscilación del Sur (o ENSO, por sus siglas en inglés) es un patrón climático definido por la temperatura de la superficie del mar y las desviaciones de las precipitaciones de lo normal en el Océano Pacífico ecuatorial que pueden influir en los patrones meteorológicos y climáticos en Estados Unidos y en todo el mundo”.
“El Niño es la fase cálida de ENSO cuando las temperaturas del océano son más elevadas y la precipitación es mayor de lo normal en el área que abarca desde el centro hasta el este del Océano Pacífico”, recuerdan los expertos de esta entidad científica estadounidense. “Los científicos de la NOAA continuarán monitoreando el desarrollo potencial de El Niño y publicarán la próxima actualización mensual el 11 de mayo de 2023”, se indica escuetamente en la nota de esta oficina. El blog del Centro de Predicción Climática de la NOAA publicó también el 13 de abril un apunte de la experta Emily Becker ampliando datos sobre la posible aparición de El Niño. “Ha ido muy rápido. Hace solo dos meses estaba escribiendo sobre La Niña, en lo que parecía ser el mes 97 consecutivo, y acto seguido, en marzo, La Niña se había ido. En cambio, ahora estamos lanzando una alerta de Vigilancia de El Niño, lo que significa que las condiciones son favorables para el desarrollo de condiciones de El Niño dentro de los próximos 6 meses. De hecho, hay un 62% de posibilidades de condiciones de El Niño para el período de mayo a julio”, reitera Becker. Afinando un poco más, la experta afirma: “Hay un 62% de probabilidad de que El Niño se desarrolle durante el período de mayo a julio, y más del 80% de probabilidad de que El Niño se desarrolle en el otoño”. La experta de NOAA indica que disponen de varios indicadores que dan solidez a sus predicciones de aparición de El Niño pero que es mucho más difícil pronosticar la potencia de este nuevo episodio. “Algunos de los modelos predicen valores de El Niño de hasta 3,4 ºC [de aumento de temperatura respecto al promedio], un nivel bastante extraordinario, pero creemos que esa predicción es poco fiable porque los modelos tienden a sobrestimar la potencia del fenómeno, especialmente en la primavera”.
“El equipo de ENSO tiene un método para predecir la fuerza de un evento de El Niño o La Niña que combina pronósticos humanos y predicciones de modelos. Este método se ha mostrado prometedor hasta ahora, aunque solo lo hemos estado usando durante un par de años. Con ese método, la probabilidad actual de un El Niño fuerte (Niño-3.4 mayor que 1.5 °C) es de aproximadamente 4 en 10; se desarrollará una imagen más clara de la fuerza potencial de El Niño a medida que salgamos de la barrera primaveral”, explica en tono divulgativo el apunte de
