El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, reconoció el pasado viernes ante el emblemático cacique Raoni Metuktire en la Amazonía que a su gobierno le queda “mucho por hacer” por los pueblos indígenas.
Lula viajó a la aldea Piaraçu, en la tierra originaria Capoto/Jarina, invitado por el líder indígena nonagenario para reiterar al mandatario su mensaje de denuncia por las amenazas contra el medio ambiente y los pueblos originarios.
“Ustedes tienen derecho a reivindicar, luchar y conquistar tantas tierras como sea necesario para que podamos mantener a los pueblos indígenas, su cultura y su tradición”, dijo Lula a Raoni.
“Sin la protección de los pueblos indígenas, el cuidado de la selva y de los ríos, la crisis climática traería eventos aún más extremos, desde sequías hasta inundaciones para toda la población brasileña, sin excepción”, afirmó.
El encuentro en el estado de Mato Grosso (norte) ocurre antes del campamento Terra Livre, que congrega la semana próxima en Brasilia a indígenas de todo el país y de otras naciones para exigir a las autoridades avanzar en la demarcación de tierras y pedir políticas de protección ante la violencia.
La reunión tiene una especial relevancia este año, pues Brasil acogerá en noviembre la COP30 del clima en la ciudad amazónica de Belém.
Tras volver a la presidencia en 2023 para un tercer mandato, Lula retomó el trabajo iniciado entre 2003 y 2010 de homologación de tierras indígenas.
Pero los líderes indígenas reclaman por la lentitud del proceso. Bajo ese estatuto de protección, esos territorios sufren menos el impacto de la deforestación, según muestran datos oficiales.
Como lo había anticipado en una entrevista reciente con la AFP, Raoni pidió a Lula que desista de explorar el Margen Ecuatorial, un área marítima cerca de las costas de la Amazonia.
“Sé que está pensando en el petróleo que hay bajo el mar, en la desembocadura del Amazonas. No me parece. Porque estas cosas, tal como están, garantizan que tengamos un medio ambiente, una tierra con menos contaminación y menos calentamiento global”, le dijo Raoni al presidente brasilero.
“He tenido contacto con los espíritus, que saben los riesgos (…) de destruir, destruir y destruir. Podemos tener consecuencias muy grandes que no lograríamos detener”, previno en lengua kayapó, traducida por un intérprete al portugués.
El megaproyecto, que ha despertado críticas de ambientalistas, está en análisis de la agencia brasileña de protección ambiental.
Lula evitó mencionar el tema, aunque en oportunidades anteriores se ha mostrado favorable a avanzar en la exploración.