El aumento de las temperaturas, las catástrofes naturales y la degradación irreversible de los ecosistemas ponen cada vez más en peligro la vida de los seres humanos y la naturaleza en todo el mundo, según advierten los principales científicos en un nuevo e importante informe publicado el lunes por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC).
Los esfuerzos realizados hasta ahora para evitar superar un umbral mundial peligroso han sido “insuficientes para atajar el cambio climático”, pero aún quedan múltiples opciones.
“El informe de hoy del IPCC es una guía práctica para desactivar la bomba de relojería climática”, declaró el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. “Es una guía de supervivencia para la humanidad. Como muestra, el límite de 1,5 grados es alcanzable. Pero hará falta un salto cuántico en la acción climática”.
El mensaje fundamental de todos los informes del IPCC es inequívoco. “Sin medidas urgentes, eficaces y equitativas de mitigación y adaptación, el cambio climático amenaza cada vez más a los ecosistemas, la biodiversidad y los medios de subsistencia, la salud y el bienestar de las generaciones actuales y futuras”, afirma el informe, elaborado por 93 autores.
La humanidad ha alterado drásticamente el planeta en solo unos siglos, y la responsabilidad del cambio climático está vinculada a la combustión de carbón, petróleo y gas. En ningún momento de los últimos 2 millones de años las concentraciones de CO2 en la atmósfera terrestre han sido tan elevadas como en la actualidad.
La Tierra ya se ha calentado al menos 1,1 grados centígrados en comparación con la época preindustrial, a mediados del siglo XIX. En 2015, los líderes mundiales acordaron, tras intensas negociaciones, limitar el calentamiento global a un objetivo común de 1,5 grados. Hasta ahora, ningún país importante está a tiempo de cumplir este objetivo.
Los escenarios futuros muestran claramente que el calentamiento global solo puede detenerse con una transformación radical del sistema energético mundial. Además, el informe subraya que las medidas de adaptación a los efectos del cambio climático deben aplicarse ya hoy. De este modo se salvarán vidas y se ahorrará dinero, si se compara con los costes que el cambio climático incontrolado supondría para la economía y la sociedad mundiales.
Sin embargo, según los científicos, la oportunidad de alcanzar estos objetivos se está cerrando rápidamente. Para 2030, la comunidad mundial debe reducir casi a la mitad sus emisiones procedentes de la combustión de carbón, petróleo y gas, o se enfrentará a un calentamiento de unos 3 grados.
Cada décima de grado que se calienta el planeta marca la diferencia, ya que puede determinar el colapso de ecosistemas enteros, la desaparición de estados insulares o la inhabitabilidad de regiones costeras.
Limitar el calentamiento a 1,5 grados en lugar de a 2 grados, por ejemplo, evitaría una subida del nivel del mar de unos 10 centímetros en 2100. Esa diferencia de medio grado significaría probablemente que la Antártida sólo se quedaría sin hielo un verano por siglo, en lugar de una vez por década. Además, con 2 grados de calentamiento, se perdería el 99 por ciento de los arrecifes de coral del mundo.
Las sequías, que solían producirse, en término medio, una vez cada 10 años, podrían hacer infértil el suelo cuatro veces en cada década. Las olas de calor -ya 2,8 veces más probables y 1 grado más calientes que en el siglo XIX- serán 9,4 veces más probables y 5 grados más calientes.