Los bosques nubosos de Cundinamarca, en el centro de la región Andina de Colombia, todavía guardan bastantes secretos que los científicos intentan revelar. El más reciente de ellos fue el descubrimiento de una nueva especie de salamandra, a la que han bautizado como Bolitoglossa muisca.
El anfibio fue encontrado en la vertiente occidental de la Cordillera Oriental de los Andes, en el municipio de Bojacá, cuando investigadores de la Fundación Natura monitoreaban la herpetofauna —anfibios y reptiles— en un sector del área protegida regional Distrito de Manejo Integrado Cerro Manjuí – Salto del Tequendama, donde se han enfocado en mejorar el estado de los bosques nubosos remanentes de la región, mediante acciones de restauración y conservación.
En 2021, cuando se realizó el hallazgo de la nueva especie, Yeny Rocío López-Perilla, licenciada en ciencias naturales y educación ambiental, ya llevaba varias salidas de campo en las cuales observaba y recolectaba especímenes de anfibios y reptiles para conocer más sobre la riqueza natural de la zona, que ha sido históricamente afectada por la tala de bosques para actividades humanas y que se encuentra aproximadamente a 40 kilómetros de Bogotá. En el momento que capturó a Bolitoglossa muisca no tenía idea que se trataba de una nueva especie para la ciencia, pues se parecía bastante a otras especies descritas de salamandras. Sin embargo, cuando llegó al laboratorio se dio cuenta que no era exactamente igual a las que ya conocía.
Bolitoglossa muisca mide aproximadamente 5,28 centímetros, mientras que adspersa es un poco más pequeña, midiendo 4,5 centímetros en promedio, del hocico a la cloaca. Además, la cola de adspersa es delgada y larga en relación al tronco, mientras que la de muisca es gruesa y corta.