Durante años, los productos predilectos para envasar comidas y tomar bebidas al paso han sido los recipientes de tecnopor y plástico. Sin embargo, desde este 20 de diciembre entrará en vigencia la Ley 30884, que regula el empleo del plástico de un solo uso e incorpora la prohibición de envases y vasos de poliestireno expandido(tecnopor) en el país. Además de evitar el consumo de estos implementos, la norma también impedirá la importación y distribución de envases de tecnopor para alimentos y bebidas.
Para Edwin Crispín, comerciante del Mercado N° 1 de Surquillo que lleva más de 10 años en el rubro de ventas, este es un gran avance en materia de cuidado del medio ambiente, pero también es un reto que involucra una mayor inversión para la compra de mercadería. “Estamos de acuerdo con usar un material que no contamine, pero hay que entender que el usuario no se va a acostumbrar tan fácilmente a los nuevos productos. Va a ser un cambio difícil”, acota.
El factor económico es uno de los que más influye en comerciantes que como Edwin tienen cierto temor de invertir en algo que todavía no es muy conocido por la mayoría de los negocios. Un ejemplo es el costo de las bandejas modelo CT5 de tecnopor (táperes utilizados para delivery) que cuestan S/35 el ciento, mientras que las de caña de azúcar llegan a S/60. Otras variaciones se ven en platos y recipientes pequeños que varían entre S/11 y S/20 en tecnopor y en el material biodegradable están entre S/50 y S/80, dependiendo del material, tamaño y forma.
Por otra parte, Jalil Majluf de Ecostore, quien trabaja desde hace 25 años en la industria del plástico, considera que esta transición va a demostrar que los productos ecoamigables tienen altos estándares de calidad, son resistentes, cuentan con mayores propiedades de conservación y no perjudican la salud.
En el caso de Ecostore, la empresa que tiene vasos y recipientes compostables hechos con plantas y Majluf acota que “la degradación es total” y genera un ciclo enteramente sostenible.
Punto de vista
Para Bruno Monteferri, especialista en derecho ambiental y director de Conservamos por Naturaleza, se ha dado un tiempo suficiente y razonable (36 meses desde que se promulgó la ley en el 2018) para poder trabajar y activar los reglamentos técnicos y realizar actividades de concientización en la ciudadanía; sin embargo, considera que existe la necesidad de acciones más activas y comprometidas por parte del Gobierno para asegurar el cumplimiento y efectividad de la norma.
Monteferri sostiene que es importante vigilar que se garantice la elaboración de envases más duraderos y que puedan ser reutilizables para no “generar más residuos de un solo uso”. El especialista resalta la necesidad de aprender a manejar los residuos sólidos y la importancia de que las autoridades inviertan en rellenos sanitarios y en infraestructura para aprovechar y poner en valor los desechos de la ciudad.
Por otra parte, Paloma Roldán, directora de la ONG Ciudad Saludable, que se encarga de la gestión de residuos sólidos, sostiene que esta ley que regula el plástico de un solo uso y los recipientes o envases descartables tendrá un impacto positivo en la conservación del ambiente ya que disminuirán los microplásticos y nanoplásticos, se podrá generar un ahorro en el servicio de limpieza pública, principalmente en la recolección, transporte y disposición final de los residuos, habrá un menor impacto en el aire al evitar la quema de plásticos, etc.
“Considero que el Ministerio del Ambiente debería difundir e informar masivamente sobre esta norma a través de todos los medios posibles. Además, las Municipalidades deben implementar y ejecutar campañas sobre los impactos de los plásticos de un solo uso y sobre el consumo responsable”, acota la especialista que también resalta que además de las políticas públicas el rol de la empresa privada es importante para fomentar la conservación del medio ambiente.
Vale indicar que, en al menos 99 ciudades del mundo ya se ha prohibido el uso del tecnopor debido a que su reciclaje es muy costoso, ocupa un gran espacio en los rellenos sanitarios y sus restos terminan en espacios naturales, ríos y mares, lo cual representa un alto riesgo para el ambiente y la salud pública.
Más datos
- 400 años tardan en biodegradarse los empaques de plástico, 200 años las cañitas y 500 años los envases de tecnopor, de acuerdo con información recopilada por Oceana Perú.
- ONG Ciudad Sostenible calcula que en fiestas navideñas se incrementa en un 15% aproximadamente la cantidad de residuos solidos producidos.
- Paloma Roldán señaló que Wong se convirtió en la primera gran cadena de supermercados que dejó de utilizar tecnopor y cañitas de plástico en sus tiendas a nivel nacional. Actualmente la empresa realiza iniciativas para promover el reciclaje.