Cada 21 de marzo, se conmemora el Día Internacional de los Bosques, una fecha que nos invita a reflexionar sobre la importancia y las acciones hechas a nivel local, nacional o internacional para la preservación de los bosques, sea como la plantación de árboles.
Para este 2025, el día girará en torno al papel que cumplen los bosques para la seguridad alimentaria, la nutrición y los medios de vida. Así como, de su importancia como productores de recursos para los seres humanos y por ser protectores de la biodiversidad.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), más de 5.000 millones de personas dependen de los bosques y los productos forestales no maderables para su alimentación, medio de vida y medicina.
Nuestro país presenta una diversidad en los bosques, ubicados desde la región Caribe hasta la Amazonía. De acuerdo con el Ministerio de Ambiente, hasta 2017, contábamos con el 52% del área continental cubierta por bosques naturales, lo que equivale a 59 millones de hectáreas.
Se encuentran a lo largo de las tres cordilleras, entre los 1.000 y 2.000 metros sobre el nivel del mar. Estos capturan, almacenan y liberan agua para las poblaciones que viven en las cuencias bajas de los ríos.
Están en su mayoría dentro de la región Caribe, pero también en lugares como el Tolima, Cundinamarca y Huila. Son exclusivos debido a su flora y fauna, sus árboles pierden las hojas durante épocas de sequía para su supervivencia y entre las especies que la habitan son el tití cabeza blanca, el puma y el lobo pollero.
Su ubicación se concentra en el Pacífico, la Amazonia y al valle medio del Magdalena. Estos están protegidos en su mayoría por los pueblos indígenas. La mayoría de la biodiversidad del mundo está en los bosques del Pacífico.
Se encuentran dentro de zonas inundables de los ríos, como el Atrato y el Magdalena. Algunos, como los bosques de galería en la Orinoquía, dentro de los ríos Meta y Guaviare, son los más representativos en la región. Estas estructuras permiten la infiltración de agua en los suelos y previene la erosión en las márgenes de los ríos.
Se encuentran localizados en las regiones del Pacífico y el Caribe, donde confluyen el agua dulce de los ríos y la salada de los mares. En ellas crecen los mangles y demás estructuras que permiten la preservación de especies acuáticas.
