Un tren de la con 50 vagones perteneciente a la compañía Norfolk Southern descarriló hace unos días, muy cerca de un pequeño pueblo del estado de Ohio llamado East Palestina. Cinco de los vagones transportaban un producto muy tóxico: cloruro de vinilo.
EEUU: el desastre medioambiental del que nadie habla. El descarrilamiento del tren se produjo el viernes 3 de febrero en la frontera entre Ohio y Pensilvania. Ello desató un enorme incendio, por lo que se procedió a evacuar a los vecinos de la cercana localidad de East Palestina. Más de 2000 personas tuvieron que abandonar sus hogares, prácticamente con lo puesto. Es decir, la mitad de la pequeña población que apenas sobrepasa los 4000 habitantes.
Cinco de los vagones del tren transportaban cloruro de vinilo. Este es un producto químico con el que se fabrican diferentes tipos de productos plásticos. Es uno de los componentes básicos del PVC. Y se sabe que es un agente cancerígeno, además de resultar muy tóxico para el medio ambiente y la biota.
Durante la tarde del lunes 6 los vecinos oyeron un gran estruendo y luego una enorme columna de humo se elevó por el cielo, oscureciéndolo todo. Ello se debió a que las autoridades estadounidenses habían iniciado una “liberación controlada» del cloruro de vinilo que aún permanecía en los vagones. Es fundamental reseñar, que gran parte de la carga se derramó en una corriente de agua cercana.
La excusa para tamaño despropósito de inimaginables consecuencias medioambientales fue que si se deja todo ‘como estaba’ habría igualmente una explosión. Y esta quizá no pudiera controlarse. Tras esta acción, las autoridades locales y estatales aseguraron que ‘Todo había salido según las previsiones’. Días después les explicaron a los vecinos que el aire ya estaba limpio de los residuos de la ignición y del producto derramado. Y que era seguro volver a sus casas.
Los vecinos pudieron comprobar que en el ambiente aún se huele a cloro. Y que el aire irrita tanto las vías respiratorias como los ojos. Además, en los ríos cercanos a la localidad murieron (y continúan muriendo) miles de peces. Pero estas no fueron las únicas víctimas, ya que el número de aves silvestres y domésticas, gatos, perros, zorros y ganado que fallece no para de crecer. Por ello, los vecinos se muestran renuentes a creer que ‘todo está bien’.
Los residentes de East Palestina sienten que más que darles poca información, se les están ocultando datos de gran relevancia que deberían hacerse públicos. De hecho, la Agencia de Protección Ambiental y la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte no han publicado una lista completa de los productos químicos que podrían haberse liberado en el accidente. Y no existe un cálculo exacto de cuanto demorará el cloruro de vinilo canceroso en disiparse por completo.
Norfolk Southern, más conocida como NS, es una empresa que genera más de $ 9 mil millones de dólares al año, solo en ingresos directos. Por lo que es público y notorio que tiene un poder económico y político enorme. La NS hasta ahora solo ha ofrecido donar 25.000 dólares a la Cruz Roja, según sus portavoces, para ‘ayudar’.
Por otro lado, se tiene constancia de que esta empresa luchó y lucha, de forma denodada, contra las exigencias de mejores condiciones de trabajo y de transporte por parte de su personal. Algunas de las cuales, como era la de colocar los frenos neumáticos en este tipo de transportes de cargas peligrosas, podrían haber evitado o al menos mitigado las consecuencias de este tipo de accidentes.
Mientras tanto, el resto del mundo apenas habla del tema. En vez de ello, están todos muy entretenidos con las historias de los globos, OVNIS y otros ‘cuentos chinos’. Todo apunta a que se está poniendo en práctica la famosa técnica de muchas aves. Hacer ruido lejos del nido, para proteger a sus polluelos. En este caso, la complicidad mediática podría estar ayudando a salvaguardar los intereses de una empresa poderosa y a tapar sus vergüenzas, cueste lo que cueste.