El 90% de las empresas están adoptando la gestión por impacto como parte fundamental de su toma de decisiones, según el informe “Propuestas para la Medición y Gestión del Impacto social: Gestionar para maximizar el impacto” de la Cátedra de Impacto Social de la Universidad Pontificia Comillas. Esta tendencia demuestra un cambio significativo en la mentalidad corporativa, ya que las organizaciones están reconociendo la importancia de considerar cómo sus acciones afectan a sus grupos de interés, como empleados, clientes, comunidades locales y el medio ambiente.
Además, cerca del 80% de estas empresas están utilizando este tipo de gestión para asegurarse de que sus acciones estén alineadas con el propósito y los valores de la organización. Se revela igualmente que más del 50% de las empresas están integrando el impacto en su gestión con el objetivo de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), y un 24% de las empresas están utilizando este tipo de estrategia de gestión para retener talento y un 49% para mejorar productos o servicios.
Y es que tener aspectos ESG (por sus siglas en inglés Environmental Social Governance) en las empresas permite tener beneficios económicos. De hecho, un estudio reciente de Accenture y el Pacto Mundial de la ONU demuestra que más de la mitad (54%) de los directores ejecutivos están fortaleciendo la visibilidad de los impactos sociales de su cadena de suministro. Además, un 33% de las empresas está incentivando resultados ESG en su cadena de valor, alentando a los proveedores a adoptar prácticas sostenibles. Sin embargo, el Barómetro de EcoVadis muestra que un número significativo de compañías todavía se encuentran en las primeras etapas para integrar la sostenibilidad en sus procesos de compras y otras áreas empresariales. Aunque más del 50% de los encuestados cuenta con algún tipo de integración manual o digital de los criterios ESG en sus principales procesos de compras, solo el 30% de estas integraciones se consideran “muy o extremadamente eficaces”. Esto se debe a que la integración digital de prácticas ESG (por ejemplo, a través de API) apenas alcanza el 10% de media en los procesos de compras. Además, el Barómetro también señala que solo la mitad de las empresas tiene visibilidad en más del 50% de sus proveedores prioritarios de nivel 1, y aún menos para niveles más bajos.
La transformación ESG se ha convertido en una necesidad imperativa para las empresas, sobre todo porque entre sus beneficios destacan la mejora de la rentabilidad y valor a largo plazo, el aumento de la competitividad y el fortalecimiento de la relación con los stakeholders.
Fabienne Michaux, directora de SDG Impact del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), destacó en la presentación del estudio de Comillas que hay una brecha entre las finanzas y la economía real, y el desafío radica en avanzar hacia un desarrollo sostenible. Afirmó que “el cambio climático ya está generando enormes costes, con un impacto económico de 16 millones de dólares por hora, y se espera que esta cifra aumente a 3,1 trillones de dólares anuales para 2050”. En este contexto, enfatizó la necesidad de controlar los impactos de nuestras acciones en las personas y en el planeta para alcanzar la sostenibilidad y contribuir a los ODS. Para lograrlo, señaló que se requiere una transformación en la forma en que pensamos y tomamos decisiones.
Lucas González Ojeda, el director en funciones de la Representación de la Unión Europea en España, destacó también que la importancia de medir el impacto de las actividades en esta era de cambio y dirigir las inversiones de manera más consciente. Hizo hincapié en la necesidad de que los inversores tengan una comprensión clara de las actividades en las que están invirtiendo, asegurándose de que sus inversiones sean sostenibles desde una perspectiva ambiental.
Por último, Víctor Meseguer Sánchez, comisionado especial para la economía social del Ministerio de Trabajo y Economía Social, resaltó la importancia de la economía social como una vanguardia económica. Reveló que en España, la economía social está conformada por 43.000 empresas que emplean a 2,2 millones de personas, representando el 10% del Producto Interno Bruto (PIB). Destacó que España fue pionera en Europa al legislar sobre economía social en 2011 mediante una ley consensuada por todos los grupos políticos, aunque considera que esta ley necesita ser actualizada. Además, mencionó que Europa exige a los estados miembros tener una estrategia específica para la economía social.
Meseguer también compartió que España cuenta con 12 Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE), y uno de ellos se centra en la economía social. Este proyecto, coordinado por el Ministerio de Trabajo y Economía Social, involucra a diez ministerios y cuenta con un presupuesto total de 1.700 millones de euros de fondos públicos
El Índice Dow Jones Sustainability World Index (DJSI) es un indicador clave que evalúa el desempeño en sostenibilidad empresarial de las principales empresas cotizadas a nivel mundial. Cada año, rastrea el rendimiento del 10% de las empresas líderes en cada sector. En la última revisión, llevada a cabo en diciembre de 2023, 15 empresas españolas fueron incluidas en este prestigioso índice, que ha sido un referente en sostenibilidad desde 1999. Entre las empresas destacadas se encuentran Acciona, Aena, Amadeus, BBVA, Banco Santander, Bankinter, Caixabank, Enagás, Endesa, Grifols, Iberdrola, Inditex, Indra, Merlín Properties y Redeia. Además, Ferrovial también figura en la lista, aunque ahora se clasifica como una compañía neerlandesa después de trasladar su sede social a los Países Bajos en la pasada primavera.