En Catalunya cada vez hay menos mariposas. Los datos recopilados por el Catalan Butterfly Monitoring Scheme (CBMS), un proyecto de seguimiento de la población de las mariposas diurnas en Catalunya no deja lugar a dudas. En los últimos treinta años se ha registrado una reducción del 70% de las especies de este insecto y un 5% de las poblaciones estudiadas han sufrido extinciones locales.
El informe, que empezó en 1994, estima que hay 45 especies de mariposas diurnas amenazadas, doce de las cuales están en peligro de extinción. Más de una treintena se encuentran en una situación “vulnerable” y una se ha extinguido ya como reproductora en Catalunya.
Los lepidópteros que tienen su hábitat en prados y herbazales son los que han registrado un mayor descenso. Mucho más que los que viven en ambientes forestales, según datos recogidos en el informe ‘Els pol·linitzadors silvestres a Catalunya’, que ha hecho público hoy la Generalitat.
Otros insectos polinizadores también han reducido su presencia. Las abejas, especialmente las de un mayor tamaño, las de lengua larga o las que tienen un alto grado de especialización, en su hábitat o dieta, son las más afectadas. De las más de 2.000 especies de abejas que existen en Europa, el 9% se consideran amenazadas y un 37% están en declivio. En el caso de las mariposas diurnas, la lista roja europea estima que el 9% se encuentran amenazada y que el 31% están de declivio.
El informe también señala una reducción de otros insectos polinizadores, aunque en menor grado, como los sírfidos, las moscas de las flores o moscas cernícalo.
Entre las causas principales de este descenso, el informe señala la pérdida y fragmentación de hábitats naturales, la intensificación de la agricultura con un mayor uso de plaguicidas, la urbanización del territorio, el cierre de claros en zonas forestales y el cambio climático, que también afecta negativamente a la producción de flores y secreción de néctar.
La solución por ampliar la presencia de estos insectos pasa por recuperar los herbazales y los márgenes multifuncionales en los campos de cultivo. Los autores de este análisis señalan que la intensificación agrícola implica una pérdida de la diversidad de cultivos y de hábitats en general y un mayor uso de plaguicidas, que perjudican a los polinizadores. Con este informe, la Generalitat quiere impulsar un plan estratégico para luchar contra el descenso de polinizadores en Catalunya. “El estudio es la antesala de un plan que debí ir más allá en el análisis de la situación y que nos debe señalar el camino para impulsar acciones y medidas concretas y consensuadas con todos los sectores implicados para revertir la situación”, indica Marc Vilahur, director general de Polítiques Ambientals y Medi Natural.