Pantanal, la red de humedales más extensa del planeta y donde viven unos 10 millones de caimanes, está empezando a padecer dificultades debido al cambio climático y a la acción del hombre.
Con sus 150 mil kilómetros cuadrados, el Pantanal ocupa un área equivalente al 1,8 % del territorio brasileño y se extiende a través de los estados de Mato Grosso y Mato Grosso do Sul. Este mixto de campiñas, sabanas y bosques constituye una macrorregión que alberga a la mayor llanura aluvial del planeta y compone, junto a la región del Gran Chaco, ubicada más al sur, un complejo de humedales con una gran biodiversidad, que les suministra servicios ecosistémicos y culturales a Brasil, Bolivia y Paraguay. (Lea El cambio climático está intensificando incluso los ciclones ‘débiles’)
Con todo, y al igual que la Selva Amazónica y el Cerrado −la sabana brasileña−, el Pantanal ha venido siendo objeto de una fuerte presión provocada por la expansión de la actividad agropecuaria. Y en los últimos años ha venido siendo también escenario de una cantidad sin precedentes de incendios, la mayoría provocados por la acción humana con el objetivo de expandir las áreas agrícolas y de pasturas. (Lea Habitantes del Páramo de Santurbán expresan inconformidad con la Cumbre de Páramos)