Los plásticos se están acumulando en los suelos del mundo a un ritmo preocupante, según un nuevo informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP).
La 29ª edición de la publicación Foresight Brief de esta agencia destaca cómo los plásticos utilizados de forma generalizada en la agricultura, desde los fertilizantes recubiertos de plástico hasta las películas de acolchado, están contaminando el suelo y amenazando potencialmente la producción de alimentos y nuestro acceso a ellos.
También están afectando nuestra salud humana cuando se transfieren a las personas a través de la cadena alimentaria.
“Sólo hay una cantidad finita de tierra agrícola disponible”, afirma la profesora Elaine Baker, de la Universidad de Sydney, coautora del informe. “Estamos empezando a comprender que la acumulación de plástico puede tener amplias repercusiones en la salud del suelo, la biodiversidad y la productividad, todas ellas vitales para la seguridad alimentaria”, afirma.
Los plásticos están omnipresentes en la agricultura, tanto a través de los ma
croplásticos como de los microplásticos, que son los que acaban en nuestra cadena alimentaria.
Los macroplásticos se utilizan como envolturas protectoras del mantillo y el forraje. Cubren los invernaderos y protegen los cultivos de los elementos. También se usan en los tubos de riego, los sacos y las botellas.
Con el tiempo, los macroplásticos se descomponen lentamente en fragmentos de menos de cinco milímetros de longitud, y se filtran en el suelo. Además, también están los microplásticos añadidos intencionadamente, que se utilizan incluso como revestimiento de fertilizantes, pesticidas y semillas.
Estos microplásticos pueden cambiar la estructura física de la tierra y limitar su capacidad de retención de agua. Esto puede afectar a las plantas al reducir el crecimiento de las raíces y la absorción de nutrientes.
Los aditivos químicos de los plásticos que se filtran al suelo también pueden afectar a las cadenas de valor de los alimentos y tener consecuencias para la salud.
Según el informe, la mayor fuente de contaminación por microplásticos en el suelo son los fertilizantes producidos a partir de materia orgánica, como el estiércol. Conocidos como biosólidos, pueden ser más baratos y mejores para el medio ambiente que los fertilizantes manufacturados, pero el estiércol está mezclado con microesferas, diminutas partículas sintéticas utilizadas habitualmente en jabones, champús, maquillajes y otros productos de cuidado personal, lo que es motivo de preocupación.