Cuando miles de millones de cigarras emerjan del suelo esta primavera en Estados Unidos, muchas serán huéspedes involuntarias de un hongo que las devora por dentro y las convierte en zombis enloquecidos por el sexo.
Por primera vez en 221 años, se espera que dos nidadas de cigarras emerjan simultáneamente esta primavera en 17 estados de EE. UU., desde el sudeste hasta el medio oeste. Tras pasar respectivamente 13 y 17 años bajo tierra, tienen una misión: encontrar pareja y morir.
Pero como los científicos han aprendido de anteriores apariciones de cigarras periódicas, el hongo parásito Massospora está esperando para infectarlas, apoderarse de sus cuerpos y mantenerlas lo suficientemente vivas como para propagar la enfermedad a sus parejas durante la reproducción.
National Geographic habló con uno de los principales científicos que investigan este asesino para un episodio de 2021 de nuestro podcast Overheard at National Geographic. Esto es lo que el National Geographic Explorer Matt Kasson tenía que contarnos sobre cómo las cigarras se convierten en “saleros voladores de la muerte”.
El hongo Massospora infecta fácilmente a las cigarras. Se apodera del insecto por la parte inferior y llena su abdomen de esporas, dejando una marca delatora a medida que va comiendo hacia arriba.
“Es de color blanco calcáreo”, nos dijo Kasson. “Es como un borrador de escuela, o como la tiza de un profesor de matemáticas, por lo que definitivamente se nota que algo está mal en la parte trasera de la cigarra”.
Con el tiempo, el hongo destruye toda la mitad inferior de una cigarra infectada. A partir de ahí, explica Peter Gwin, presentador del podcast de National Geographic y editor jefe de artículos, “las cosas se hacen cada vez más raras. El hongo es muy retorcido. No sólo hace que las cigarras se consuman, también las convierte en máquinas voladoras sobrecafeinadas”.
Siguen siendo muy activas mientras este hongo brota de su parte trasera, añade Kasson, lo que significa que volarán y las esporas se desprenderán, de forma similar a un salero.
La Massospora es esencialmente la ETS del mundo de las cigarras. Una vez infectadas con el estadio 1 de la enfermedad, las cigarras empiezan a propagar el hongo a sus compañeras.
El efecto sexual en los machos es particularmente intrigante: Según un estudio de 2018 publicado en Nature, las cigarras macho comienzan a responder a las llamadas de apareamiento de otros machos utilizando las señales de movimiento de alas que normalmente solo utilizan las hembras, “lo que las hace muy atractivas para las cigarras de ambos sexos”, escribe el autor John Cooley, entomólogo de la Universidad de Connecticut (Estados Unidos).
Una vez que la cigarra está infectada, su abdomen también se llena de esporas, lo que se considera la fase 2 de la enfermedad. Finalmente, el abdomen estalla y las esporas caen al suelo, donde las ninfas de la siguiente generación pueden encontrarlas.
La comunidad científica lleva mucho tiempo preguntándose cómo da energía el hongo a las cigarras. La investigación ha dado lugar a una teoría principal: esencialmente tienen un colocón tremendo.
Resulta que el hongo que infecta a las cigarras periódicas (las crías que emergen cada 13 o 17 años) está lleno de catinona, un tipo de anfetamina que forma parte de la familia de los estimulantes conocidos como speed. La catinona se encuentra de forma natural en un tipo de planta, pero, como señaló Gwin en el episodio, nadie había registrado nunca un hongo igual.
“Encontramos el mismo compuesto, el mismo compuesto exacto en las cigarras infectadas por Massospora“, dijo Kasson; “y estaban cargadas de él, lo que nos dice que las anfetaminas probablemente contribuyen a esta vigilia prolongada”.
Pero este compuesto químico no es el mismo en todas las cigarras infectadas. Cuando Kasson estudió el tapón fúngico calcáreo que sobresale por la parte posterior de una cigarra anual (una que emerge cada año en lugar de periódicamente) encontró psilocibina, el compuesto alucinógeno que se encuentra en las setas mágicas.
Cada nueva aparición de cigarra ofrece a los científicos otra oportunidad de investigar exactamente cómo y por qué ocurre esto. Y Kasson sospecha que habrá más descubrimientos intrigantes una vez que lo hagan.
“Nos dice que hay muchas cosas ocultas bajo la superficie”, afirma; “y lo que encontramos es mucho más extraño que la ficción”.