Algo extraño está pasando con ciertos pelícanos de Estados Unidos. Por segunda vez en dos años, un gran número de pelícanos pardos han aparecido enfermos y heridos en la costa de California y la comunidad científica se ha apresurado en investigar las causas.
Ya han muerto cientos de aves. Las pruebas actuales apuntan a la inanición como causa, a pesar de la abundancia de alimento (normalmente peces que viven en la superficie, como arenques o anchoas). Aunque la especie también se encuentra en la costa este de EE. UU., las aves atlánticas no están sufriendo una tendencia similar.
“No sabemos por qué, pero [los pelícanos de la costa oeste] no encuentran el alimento que necesitan”, afirma Jeni Smith, conservadora zoológica de programas de rescate de animales en SeaWorld San Diego; “y si ese es el caso, entonces lo están buscando en otros lugares, y eso podría explicar por qué están tierra adentro o en lugares inusuales”.
A finales de abril, los centros de rehabilitación de animales salvajes empezaron a recibir informes de pelícanos avistados en lugares anómalos, como patios traseros y aparcamientos, muchos de los cuales presentaban un comportamiento y aspecto extraños: parecían perezosos, insensibles o muy demacrados.
Una vez recogidos estos animales, los expertos en fauna salvaje se ven obligados a hacer un triaje. “Están deshidratados, letárgicos, tienen frío, pueden estar heridos”, dice Smith; “hacemos todo lo que podemos, pero a veces llegan demasiado tarde”.
Los pelícanos pardos enfermos son una mezcla de jóvenes y adultos, con grandes picos, alas anchas y cuerpos que hacen que zambullirse para cenar parezca fácil. Son conocidos por descender en picado desde alturas de más de 18 metros para atrapar a sus presas y pueden vivir hasta 40 años.
Los expertos están investigando qué otros factores pueden estar detrás de la razón por la que los pelícanos pardos, que habían conseguido salido de la lista federal de especies en peligro de extinción, vuelven a aparecer muertos.
Durante un episodio de inanición similar en 2022, casi 800 pelícanos pardos fueron ingresados en centros de rehabilitación de animales salvajes, y 394 acabaron siendo devueltos a la naturaleza, según el Servicio de Pesca y Vida Silvestre de EE. UU. (U.S. Fish and Wildlife Service, por su nombre en inglés). Por desgracia, las necropsias realizadas a los pelícanos fallecidos no revelaron ninguna respuesta sobre el motivo de aquel suceso, afirma Smith.
En lo que va de año, la Santa Barbara Wildlife Care Network (SBWCN, por sus siglas en inglés) ha acogido a 116 pelícanos, una cifra todavía pequeña en comparación con los 270 de hace unos años.
“No será la última vez que tengamos una afluencia de una especie concreta relacionada con algo que ocurre en su entorno”, dice Ariana Katovich, directora ejecutiva de la SBWCN; “así que para nosotros, se trata realmente de aprender las lecciones de cada evento y ponerlas en práctica”.