La calima que ya ha sufrido Canarias continúa su camino, propulsada por el viento, hacia el sur de la Península. Según las previsiones de Meteored (tiempo.com), el polvo en suspensión procedente del Sáhara enturbiará los cielos de toda la mitad sur peninsular a partir de este viernes y, durante todo el fin de semana, continuará su extensión al resto del país, llegando incluso a notarse en el norte.
El mapa elaborado por Meteored muestra una mancha que va extendiéndose por todo el país con tonos más claros y más oscuros que muestran la concentración del polvo en suspensión. A mayor número de partículas en suspensión -las llamadas PM₁₀, que son de menos de diez micras e imperceptibles para el ojo humano-, peor calidad del aire que respiramos y mayor riesgo de daño para la salud.
“Algunos penachos de polvo ya están entrando, pero será a partir del viernes 17 cuando entre con contundencia, primero por el sur y, entre el sábado y domingo, prácticamente va a cubrir toda la península”, abunda el meteorólogo de Meteored, si bien las mayores concentraciones de polvo en el aire se registrarán en la parte sur.
El presente episodio se prologará, “en principio, hasta el 21 o 22 de febrero. Hasta el 21 tenemos garantizado el polvo en suspensión o calima y a partir de ahí hay bastante incertidumbre”, agrega.
El ambiente amarillo tiene su origen en el desierto del Sáhara y teñirá el cielo por el viento intenso en superficie de la DANA, que levanta el polvo y lo arrastra desde el Sáhara marroquí y argelino. “Ese viento del sur hará que suban las temperaturas y nos traerá de ‘regalo’ este material particulado, que son sustancias microscópicas que pueden afectar a las vías respiratorias y, a la larga y con altas exposiciones, puede provocar problemas cardiorrespiratorios”.
El doctor Felipe Villar, editor jefe de la revista Open Respiratory Archives en la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), recuerda a 20minutos que la calima, en función de su intensidad, suede producir con frecuencia estornudos, picor faríngeo, tos y, en algún momento, expectoración, malestar general o cefalea. La población más vulnerable, los niños, niñas y mayores de edad, son los que tienen que tener más cuidado, así como la población con enfermedades respiratorias crónicas como asma o EPOC.
