“Con el mejor deseo para todos, expresamos nuestro no rotundo, a la explotación minera en el país”, señaló la Conferencia en un comunicado.
Los doce obispos firmantes se declararon “muy preocupados” por la “posible activación de la explotación minera”, prohibida por ley por impulso de asociaciones ambientalistas y de la Iglesia católica.
Bukele anunció recientemente que pedirá al Congreso, controlado por su partido, que derogue esa ley, pues según un estudio cuya autoría no reveló, en el país existen yacimientos de oro valorados en 131.000 millones de dólares, equivalentes “al 380% del PIB”.
“La práctica de cualquier tipo de minería” traería “consecuencias irreversibles contra la salud y la vida de la población”, advirtió la Conferencia, encabezada por el arzobispo de San Salvador, José Luis Escobar.
En sintonía con los ambientalistas, los obispos indicaron que la extracción minera podría terminar “contaminando” ríos y mantos acuíferos por el uso de productos químicos como cianuro, arsénico, mercurio y ácido sulfúrico.
Una gran preocupación es que la extracción de oro contamine el río Lempa, que atraviesa la zona de potencial minero presentada por Bukele y que abastece de agua al 70% de los habitantes de la capital y ciudades aledañas.
“Estamos a favor del desarrollo económico, sin embargo la más grande riqueza de un pueblo es la vida de las personas y su salud; eso vale más que todo el oro del mundo”, sostuvo la Conferencia Episcopal.