En el marco de la apertura de la Conferencia de Biodiversidad (COP15), el secretario de la ONU, Antonio Guterres, calificó a la humanidad como un “arma de extinción masiva que trata a la naturaleza como un retrete, por lo tanto, va en camino al suicidio”. Guterres afirmó esto debido a que se refirió al daño del ecosistema biodiverso de parte de los humanos.
Desde el 7 hasta el 19 de diciembre se llevará a cabo la COP15; con más de 180 países, en la cual se reúnen para mitigar los daños causados por el calentamiento global, previniendo la llamada ‘sexta extinción masiva’ y lograr entre todos los 20 objetivos para mejorar las condiciones ambientales para el 2030. Prevén evitar las posibles pérdidas económicas si no hay un cambio, las cuales están tasadas en tres billones de dólares a partir de ese año.
Además de criticar el coste humano, el secretario se refirió a las multinacionales y su responsabilidad con el medio ambiente. Afirmó que a estas empresas solo les interesa el monto en sus cuentas bancarias, sin importar el daño que sus acciones le implique al planeta, convirtiendo al mundo en sus “juguetes de ganancias”. Al culminar su alocución, hizo un llamado a los representantes partícipes en la conferencia a abordar las raíces del problema ambiental, las cuales son “los subsidios perjudiciales, las inversiones mal dirigidas, los sistemas alimentarios insostenibles y los patrones más amplios de consumo y producción”.
En correlación con las palabras de Guterres, uno de los puntos claves para tratar en la COP15 es el futuro de la fauna y flora del planeta, yendo en picada cada vez más. A partir de los datos suministrados tres años atrás por la Plataforma Intergubernamental de Ciencia y Política sobre Biodiversidad y Servicios de Ecosistemas (IPBES), un millón de especies están en peligro de extinción, la tercera parte del mundo está en altas condiciones de degradación y paulatinamente se desaparecen los suelos fértiles. Todo esto consecuente de la contaminación.