Las personas que se abastecen de la presa Madín, ubicada en la zona Metropolitana de México, una de las más pobladas del país, están expuestas a estrés oxidativo, debido a la presencia de diversas sustancias minerales como el aluminio.
El estrés oxidativo es un proceso metabólico vinculado a la falta de antioxidantes para hacer frente al exceso de radicales libres. Cuando se producen radicales libres de manera incontrolada y el organismo no cuenta con antioxidantes para neutralizarlos se alteran los procesos celulares pudiendo generarse enfermedades como alzheimer, cáncer, diabetes o hipertensión.
La planta de potabilización de agua, que fue inaugurada en 1977, utiliza un tratamiento a base de aluminio para coagular la materia orgánica.
Un estudio publicado en la revista Environmental Science and Pollution Research encontró que dentro de los metales identificados, el aluminio tiene la frecuencia más alta: 0,19 miligramos por litro.
Aunque esa cifra se encuentra todavía dentro de los límites permitidos por la normativa mexicana, que señala como máximo 0,20 miligramos por litro, el estudio advierte que se requiere mejorar el mantenimiento de la presa y la aplicación de otros procesos de potabilización más eficientes.
La presa, además, es abastecida por el río Tlalnepantla, que viene de una zona industrial y arrastra químicos como pesticidas, por ejemplo, que contribuyen a la contaminación.