El nivel medio global del mar aumentó alrededor de 0,76 centímetros entre 2022 y 2023, casi cuatro veces más que entre 2021 y 2022, afirmó la NASA el jueves, atribuyendo el “salto significativo” al fenómeno de El Niño y a un clima más cálido.
El análisis de la agencia estatal espacial estadounidense se basa en más de 30 años de observaciones satelitales, iniciadas con el primer lanzamiento de un satélite, en 1992.
“Las tasas actuales de aceleración significan que estamos en camino de añadir otros 20 centímetros al nivel medio global del mar hacia 2050”, dijo Nadya Vinogradova Shiffer, directora del equipo de cambio del nivel del mar de la NASA y del programa de física oceánica en Washington.
Ello supondría el doble de cambios en las próximas tres décadas en comparación con el siglo anterior, afirmó, lo que hará que las inundaciones sean mucho más frecuentes y catastróficas que en la actualidad.
La causa inmediata del aumento es el fenómeno climático de El Niño, que reemplazó a La Niña entre 2021 y 2022, cuando el nivel del mar subió alrededor de 0,20 centímetros.
El Niño genera temperaturas oceánicas más cálidas que el promedio en el Pacífico ecuatorial.
“En los años de El Niño, gran parte de la lluvia que normalmente cae sobre la tierra termina en el océano, lo que eleva temporalmente el nivel del mar”, explicó Josh Willis, investigador en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA.
Pero también hay una clara huella humana en la tendencia subyacente de aceleración.
“Los conjuntos de datos a largo plazo, como este registro satelital de 30 años, nos permiten diferenciar entre los efectos a corto plazo sobre el nivel del mar, como El Niño, y las tendencias que nos indican hacia dónde se dirige el nivel del mar”, dijo Ben Hamlington, líder del programa marino de la NASA.
Las innovaciones tecnológicas han aportado una mayor precisión en las mediciones.
Por ejemplo, los altímetros de radar hacen rebotar microondas en la superficie del mar y luego registran el tiempo que tarda la señal en regresar al satélite, así como la intensidad de la señal de retorno.
También verifican sus datos con otras fuentes, como mareógrafos y mediciones satelitales del vapor de agua atmosférico y el campo gravitatorio de la Tierra.