Hoy en día es difícil negar que sentimos y sufrimos el cambio climático en nuestra vida diaria en mayor o menor medida. Olas de frío y calor, tormentas extremas, sequías, inundaciones, incendios, plagas, desertificación, pérdida de bosques, etc. ¿Por qué sucede y que debería suceder para evitar que la situación se agrave?
Nos pone en alerta que el informe más reciente del Panel intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) “Climate Change 2022: Mitigation of Climate Change” advierta que con los objetivos y políticas actuales, estamos acercándonos al precipicio, al límite de calentamiento del planeta (1,5 °C de acuerdo con establecido por 195 naciones en 2015 en el Acuerdo de París)
Los principales riesgos para América Central y del Sur son la falta de acceso al agua potable, efectos sanitarios graves (debido al aumento de las epidemias), la degradación de los ecosistemas de los arrecifes de coral (debido al blanqueamiento de los corales), sequías frecuentes y/o extremas que pondrán en peligro la seguridad alimentaria y las inundaciones, los corrimientos de tierra, la subida del nivel del mar, las mareas de tempestad y la erosión costera que puede generar daños severos a la vida y a medios de subsistencia.