La población que vive en nuestro planeta se va incrementando año a año, lo que conlleva a que vayan en aumento las actividades que se desarrollan en nuestras ciudades, en mayor medida, y zonas rurales. Esto trae como consecuencia un aumento de contaminación de todo tipo: contaminación medioambiental, visual, sonora o lumínica.
En este artículo de EcologíaVerde nos centraremos en analizar las posibles soluciones a la contaminación sonora, pero antes definiremos qué es, cómo se mide y cuáles son sus fuentes.
Qué es la contaminación sonora
Definimos la contaminación sonora o acústica como los ruidos o vibraciones que se generan en el ambiente, con independencia de su emisor, que puedan ser un peligro o producir algún efecto negativo en la salud de las personas, en el desarrollo de sus actividades o directamente en el medio ambiente.
Según una lista que ha publicado la OMS (Organización Mundial de la Salud) las ciudades con más ruido del planeta son: Bombay (India), Calcuta (India), El Cairo (Egipto), Nueva York (Estados Unidos) o Buenos Aires (Argentina). Madrid ocupa una de las primeras posiciones en esta lista, siendo España el país Europeo con mayor contaminación acústica.
Cómo se mide la contaminación acústica o sonora
La escala de ruido se realiza según su intensidad y potencia. Generalmente se calculan en decibeles o decibelios (dB). La escala de ruido comienza en el 0, que es el nivel más bajo que es capaz de percibir el oído de una persona, y puede llegar hasta 140 dB. El instrumento que se usa para medir el ruido se denomina sonómetro, que mide el nivel de presión sonora en un lugar determinado y momento dado. Desde el punto de vista humano, los niveles de ruido son:
- 0: mínimo de sonido que es captar el oído humano
- 10-30: ruido producido por una conversación a bajo volumen
- 30-50: ruido producido por una charla a volumen medio
- 55: ruido confortable para el oído humano
- 65: máximo determinado por la OMS
- 65-75: ruido producido por tráfico, televisión a alto volumen, etc.
- 75-100: ruido que produce los primeros daños al oído
- 100-120: comienza a haber peligro de sordera
- 120: ruido que puede producir dolor en el oído
- 140: máximo captado por el oído humano
Principales fuentes de ruido
Actualmente, el ruido en las ciudades proviene de cuatro fuentes principales:
- Vehículos y transporte: 80%
- Obras e industrias: 10%
- Ferrocarril: 6%
- Música y lugares de ocio: 4%
Por lo tanto, dentro de una ciudad las zonas de mayor nivel de ruido serán aquellas situadas cerca de vías de transporte de cualquier tipo de vehículo y zonas industriales. Por esto, se debe evitar que estos lugares estén próximos a viviendas.
Consecuencias de la contaminación sonora para la salud
Según la OMS, la exposición continua al ruido puede tener efectos físicos y psicológicos negativos, que se desarrollan de forma lenta y progresiva.
Así, un nivel de ruido por encima de 80 dB puede provocar estrés, dolores de cabeza, nerviosismo, depresión, dificultad para descansar o comunicarse, fatiga, problemas digestivos, disfunción sexual o daños en la capacidad auditiva, entre otros efectos negativos para nuestra salud y el resto de animales que habiten en estas zonas.
Soluciones a la contaminación sonora o acústica
Existen varias medidas que podríamos tomar individualmente para reducir la contaminación sonora, un problema que nos afecta a todos:
- Evitar hacer ruidos excesivos o innecesarios tanto en nuestras actividades diarias como en casa.
- Evitar usar vehículos a motor siempre y cuando no sea imprescindible y priorizar el transporte público o medios de transporte que no contaminan ni hacen apenas ruido, como la bicicleta.
- No hacer excesivo ruido durante los horarios de descanso de otras personas dentro de la vivienda o bloque de pisos y no realizar actividades que puedan ser muy ruidosas a altas horas de la noche.
- No oír música o mirar televisión a volúmenes muy elevados, ya que pueden dañar progresivamente nuestro propio oído y el de los demás.
- No hacer uso excesivo de fuegos artificiales.
- Usar tapones para los oídos.
- Apagar los equipos electrónicos.
- Evitar vivir en zonas cercanas a grandes fuentes de ruido como zonas industriales, grandes obras o zonas céntricas con excesivo paso de vehículos.
Otra manera de evitar la contaminación acústica, es aislar efectivamente nuestra vivienda del ruido como el uso de materiales o construcciones aislantes, por ejemplo, ventanas de doble capa o disponer de pequeñas azoteas en casa, que crean una barrera aislante al paso de las vibraciones sonoras, además de proporcionar aire fresco al hogar.