Hay algunas experiencias con las que los viajeros veganos se sienten incómodos, como un safari africano. En un safari típico se sirve una cocina rica en carne, se descansa en sofás de cuero y se realizan excursiones en vehículos para observar a los animales. Dado el creciente número de personas que siguen un estilo de vida que no sólo evita comer carne (sólo en España podría haber cerca de medio millón de vegetarianos y unos 300 000 veganos), sino que también se centra en la sostenibilidad y la conservación de los recursos de la Tierra, ir de safari puede suponer un problema ético.
Sin embargo, algunas empresas están empezando a ofrecer safaris más accesibles para veganos, con viajes que no se limitan a servir comidas a base de plantas, sino que también se centran en limitar la exposición a productos de origen animal, minimizar el impacto en el medio ambiente y compensar las emisiones de carbono del propio viaje. Pero, ¿hasta qué punto los safaris son aptos para veganos?
¿Qué es un safari vegano?
Los primeros safaris veganos surgieron en 2017 con Vegan Safari Africa y World Vegan Travel ofreciendo experiencias en Botsuana, Sudáfrica y Ruanda. Ahora, con más viajeros que se identifican como veganos o vegetarianos, según el partido animalista de Estados Unidos PETA (People for the Ethical Treatment of Animals), estos safaris no solo son más accesibles y sostenibles, sino también una nueva fuente de ingresos para los proveedores.