Lo que la fiscal Patricia Benavides ha logrado, con su acusación (in)constitucional es poner fin a un mito en el Perú: el fin del mito de la separación de poderes.
Algunos denunciábamos hace mucho el mito de creer que habíamos vencido al fujimorismo cuando lo que hicimos fue sacar a Alberto Fujimori pero no al Fujimorismo de las instituciones de poder. Y lo que hoy vivimos, esa crisis sistémica que denunciamos, es la evidencia de ello.
A partir de aquí toca, más que nunca, defender nuestro sistema judicial y su autonomía y eso solo puede hacerse DENUNCIANDO a quienes usan sus puestos en el espacio judicial para ser actores políticos. Patricia Benavides es una de ellas. Denunciarla es un acto democrático. Defenderla es el golpismo en su enésima expresión desesperada por sostener una narrativa que les permita recuperar Palacio de Gobierno.
Decir esto es defender la institucionalidad democrática del Perú que supone además denunciar la orquesta en la que el poder mediático es un alfil fundamental. Porque no podemos permitir que se sentencie en portadas lo que debe sentenciarse en tribunales. Institucionalidad, democracia y patriotismo es esto.
