Impresionante y apoteósica la movilización de miles de pobladores del distrito de Puente Piedra y Lima Norte, a lo largo de más de 15 kilómetros de la avenida Panamericana, el día de ayer 26 de enero, en medio del abrasador calor de estos ardientes días de verano. A semejanza de lo que viene sucediendo en el interior del país, el valor, la indignación y el desbordante espíritu de lucha de quienes se movilizan está despertando cada vez mayores simpatías y adhesiones de quienes hasta hoy permanecían indiferentes; y, también, admirables muestras solidaridad a lo largo del trayecto, que, en esta marcha, se ha expresado en la donación de refrescantes botellas de agua mineral y rehidratantes, frutas, panes, galletas y otros alimentos, entregados con inmenso cariño por la misma población. Los que tenían las manos vacías entregaron sus efusivos aplausos y vítores con el puño en alto desde los puentes peatonales, haciéndose eco de la arengante consigna: “El pueblo unido jamás será vencido”.
Es evidente que el terruqueo no disminuye la protesta, sino que la está incrementando en cantidad e intensidad. En provincias donde la comunicación es limitada, se ha agregado el supuesto financiamiento de la minería ilegal, narcotráfico y el contrabando; en Lima los servicios de inteligencia, el fujimorismo, y los troles de la derecha política estarán buscando qué otros estigmas usar. Como su razonamiento es casi primitivo, diríamos, con buen ánimo y sentido de humor, que tal vez se les ocurra atribuir a “los amores prohibidos” la motivación a marchar de los pobladores de Puente Piedra, o alucinar con la “injerencia extranjera” de Cupido (a quien seguramente los Cueto, Chirinos y Montoya del faitoso Congreso van a pretender declarar “persona no grata”), ya que ese lugar es conocido como el “Distrito del amor”, porque su aniversario de creación política es el 14 de febrero, día de San Valentín.
Lo cierto es que el valor y sacrificio heroico de la población que protesta desde todas las regiones y ahora en Lima; así como de la solidaridad de los comuneros, artistas populares, estudiantes, vecinos y ciudadanos en su conjunto, están dando muestras impresionantes de amor al Perú ante el mundo entero; y vienen derrotando a la sinvergüencería de las mafias en el poder, así como a la más sanguinaria de las dictaduras de los últimos tiempos, que ya ha segado la vida de casi 60 humildes campesinos, y quiere justificar sus protervos crímenes aduciendo que las víctimas se han auto aniquilado con balas “dum dum”.
La marcha de los pobladores de Puente Piedra en Lima y las generosas muestras de solidaridad despertadas en el camino es evidencia de que, haga lo que haga Dina Boluarte y su dictadura, su destino es la derrota; porque su terruqueo ALIMENTA LA PROTESTA Y SUBLEVA LA INDIGNACIÓN de la población sana de este país; de modo que, sigan terruqueando nomás. Observen que sus golpes de abuso son cada vez más contraproducentes: antes no se veía movilizaciones multitudinarias en los conos de Lima, ahora se están dando; no se veía muestras espontáneas de solidaridad al paso, ahora la estamos viendo; los campesinos en Lima solo contaban con el campus de las universidades de San Marcos y la UNI para alojarse, ahora, después de la violenta e infamante incursión policial en aquella, les han ofrecido alojarlos también en la Universidad Agraria y la Universidad Federico Villarreal. El gran caudal de los cambios sociales es como el de los ríos, que en tiempo de crecida van recibiendo la carga de sus numerosos afluentes e interminables riachuelos, hasta hacerse incontenible y desbordante. El destino de las causas justas siempre es el de la victoria.
