Hoy en la tarde empató a cero la selección peruana jugando con diez hombres en Paraguay, pero el gol lapidario y de larga distancia lo han recibido, desde el mediodía, los beneficiarios de la corrupción de Odebrecht: el alto ejecutivo de esa empresa, JORGE BARATA, ha ratificado en pleno juicio oral público (con todas sus letras y en español) que ENTREGÓ PLATA (en contantes palos verdes) para financiar las campañas electorales de Alan García, Humala, PPK, Keiko Sofía Fujimori y la no revocatoria de Susan Villarán.
La reacción inmediata en el Congreso ha sido la de ir, machete en mano, por la cabeza de los siete integrantes de la Junta Nacional de Justicia, para allanar el camino e ir luego por las de Juan Domingo Pérez, Rafael Vela, Richard Concepción Carhuancho, y todos los que osen investigar a la corrupción. Obviamente que, muerto García, no les interesa Humala, PPK ni Villarán.
EL OBJETIVO estratégico es SALVAR A KEIKO, la real presidenta en las sombras, para evitar que vaya al banquillo de los acusados, porque ya está probado judicialmente que era muy cierto eso de “aumentar Keiko para 500 e eu facer visita”.