El 2023, fue un mal año para el Perú, con 50 asesinados por el gobierno de Dina Boluarte y Alberto Otárola, cubiertos con la impunidad que le da la mayoría del Congreso, complementada con la que venía, a cambio de respaldo político, de la Fiscalía de la Nación.
El régimen dictatorial peruano además viene ahuyentando las inversiones y despilfarrando los recursos públicos con su actuar en contra de la Constitución y la Ley, generando una recesión y por ende, desempleo, agravados con su falta de previsión frente a fenómenos climáticos.
Por su lado, la mayoría del Congreso está destruyendo la educación y legislando contra la Amazonía, además de encubrir diversos delitos de sus integrantes, en contubernio con la ex fiscal de la Nación, que a su vez perturbó las investigaciones contra graves delitos contra la vida, así como los casos contra organizaciones criminales enquistadas en la política y la magistratura (“Lava Jato” y “Hermanitos Cuellos Blancos”).
El 2023 tampoco fue un buen año para el mundo, con un genocidio ante nuestros ojos cometido por el gobierno de Israel en Gaza, con una guerra en Ucrania entre Rusia y la OTAN que genera perjuicios principalmente a la población ucraniana, pero también a todo el mundo, y con otras guerras olvidadas, como la de Sudán.
Además, hemos visto la agravación de la tragedia política de Haití, la captura de la ciudadanía de Guatemala por organizaciones de corrupción en el poder con anuencia de su Fiscal General, el endurecimiento de la corrupta dictadura de Nicaragua y la inflación de tres dígitos en Argentina, que trajo una reacción desesperada de sus electores.
Pero una buena noticia entre esas tragedias es que todas son generadas por acción humana. A diferencia de tsunamis, terremotos o huracanes, los bombardeos y masacres contra poblaciones civiles, las ejecuciones extrajudiciales, la legislación contra la educación y contra la Amazonía, así como la opresión contra los pueblos, son fenómenos que podemos evitar.
Por ende, un propósito de las personas de buena voluntad para este año, es redoblar esfuerzos para terminar con las causas de esos males. Así tendremos un 2024 con avances hacia un mundo y un país donde se pueda vivir en la paz que surge de la justicia