“Ha cometido nuevas arbitrariedades: la detención arbitraria de los ‘financistas’ de la campaña de Castillo…”.
“Una de las amenazas más serias contra la democracia es la corrupción”, ha escrito la fiscal de la Nación. No es verdad. La corrupción amenaza a todos los gobiernos, sean democráticos o no democráticos. Generalmente, los más corruptos son los no democráticos. El gobierno más corrupto de la historia peruana fue la dictadura de Fujimori, que se levantó más de dos mil millones de dólares de las privatizaciones, según la comisión congresal que lo investigó.
La amenaza más seria contra la democracia es el golpe del que la fiscal de la Nación forma parte en coalición con la ultraderecha del Congreso y la prensa monopólica en la que escribe. La corrupción se da casi en todos los gobiernos democráticos. Unos son más corruptos que otros. El gobierno democrático que blindó el fiscal Peláez, de cuyo equipo formó parte la señora Benavides, fue uno de los más corruptos. Pero García no fue investigado ni acusado constitucionalmente por el fiscal Peláez ni mientras era presidente ni cuando dejó de serlo. Más bien fue blindado.
Para presentar la acusación constitucional contra el presidente, la fiscal de la Nación ha hecho un show ridículo y ha cometido nuevas arbitrariedades: la detención arbitraria de los “financistas” de la campaña de Castillo y el allanamiento de las oficinas y los domicilios de los congresistas de AP que no votan por la vacancia de Castillo. ¿Castillo hizo campaña millonaria como Keiko Fujimori, López Aliaga, Hernando de Soto? ¿Ser financista de las campañas electorales es delito? ¿Han sido apresados también los grandes financistas de las campañas de los candidatos de la ultraderecha?
Pero el despropósito mayor es la persecución contra los congresistas de la oposición que no votan por la vacancia de Castillo. Se les acusa de recibir prebendas para no votar contra Castillo. El voto de los congresistas es libre y no está sometido al mandato imperativo de nadie. La Fiscalía de la Nación quiere penalizar un principio básico de la política de cualquier gobierno, sobre todo del presidencialismo parlamentarizado como es el nuestro. Los gobiernos que no tienen mayoría en el Congreso están obligados a formar una coalición (formal o informal) para tener gobernabilidad. Si no logran tener una mayoría, termina en golpe como el que busca la coalición vacadora.
Alan García no tenía mayoría en su segundo gobierno, pero logró que 20 congresistas de los 45 que tenía UPP (Ollanta) lo apoyaran y así tuvo gobernabilidad. ¿Y cómo lo hizo? y ¿cuál es el negocio? Habría que preguntarle al excongresista Vega, que encabezó a los veinte tránsfugas. ¿Fueron allanados sus oficinas y sus domicilios? Por supuesto que no, porque no habían cometido un ilícito penal. Las motivaciones de los congresistas para no votar por la vacancia son diversas y es difícil juzgarlas.
Una pregunta política y ética para la fiscal: ¿Habría acusado constitucionalmente a Lincoln, quien, en 1863, compró a varios representantes demócratas para que firmen el acta de la libertad de los esclavos? ¿Habría allanado los domicilios de los demócratas?