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Opinión

El Perú es más grande que sus problemas

El Perú,  en estos últimos tiempos, es presa del protagonismo de la extrema izquierda y al extrema derecha, ambos han logrado someter a  sectores que hoy deberían estar liderando el proceso político peruano, la derecha, el centro derecha, no pudieron soportar , no tuvieron la fuerza,  la fortaleza  de ser  conductores  del proceso político luego de las elecciones, con su número, tanto Acción Popular como Alianza para el Progreso, se dejaron doblegar y someter por la extrema derecha , hoy representados por  Fuerza Popular  , Renovación Popular y Avanza País, una fuerza que parecía por Hernando de Soto, que le daría, calidad  a la representación de  derecha, pero termino siendo uno más  de este sector, radical, poco democrático, a lo mucho ofrecieron rostros jóvenes.

Este sector desde finales del proceso electoral,  hicieron notar su presencia con  fuerza, con  llegada a medios y con mucha economía, levantando las banderas del fraude inicialmente, que no les dio mayor resultado, ni interna ni externamente, para luego continuar con otra campaña esta vez referida  a los actos de corrupción  al estilo pirañitas de los sectores  vinculados a Pedro castillo, que les cayó como el anillo al dedo,  que les permitió continuar con su campaña de vacancia , pero ahora con una nueva narrativa, la corrupción en el gobierno, una narrativa que les dio resultados y  cumplir uno de sus objetivos  traerse abajo al gobierno.

Este escenario no nace  aquí, se  empezó a gestar mucho antes, cuando los medios de comunicación concentrados y otros , hoy vinculados a la extrema derecha en su afán de  garantizar la elección de  sus  representantes políticos  al gobierno, en esta oportunidad representados aun por el fujimorismo y los neofujimoristas,  liquidaron  las alternativas democráticas de derecha, centro e izquierda que habían como ofertas electorales,   promoviendo  con mal calculo , la figura de un dirigente sindical, poco conocido, con  consecuencias políticas que hoy lo estamos sopesando. En  la búsqueda  de asegurar una  definición con un personaje que sería fácilmente  aplastado en las elecciones, no calcularon bien, que la bala les saldría por la culata, su candidata seria derrotada en las urnas por ese candidato  desconocido, vapuleado. Dando  nacimiento con ese  resultado al proceso político que vivimos, la gente debe saber, quienes crearon y  promovieron este escenario y hoy no saben asumir su responsabilidad. Si no hubieran actuado como actuaron, hoy la situación sería distinta. Actuaron torpemente, obnubilados por su fanatismo ideológico.

Que paso en la otra orilla,  hubieron varias  candidaturas de izquierdas,  una de las candidatas la de mayores posibilidades incluso  había quedado peleando el segundo lugar, quedando por pocos  votos, en las elecciones anteriores, en esta última campaña  fue aplastada por los medios, junto a otros  lideres de otras opciones como la de Acción Popular,  promoviendo  en su afán de debilitar las opciones viables, promovieron  hasta ese momento un personaje  descocido para la mayoría de los peruanos, que según sus cálculos era más fácil de ganar en segunda vuelta. No  calcularon que  esa candidatura  prendería o tomara fuerza, dio pie a un  fenómeno  político  no muy frecuentes,  pues conjuga razones identitarias,  procedencia,  empatía,  simbología , por señalar algunos aspectos,  fenómeno que muchas veces  los politicólogos no logran  describir  contundentemente, sin embargo se dan y los peruanos lo hemos vivido.

Lamentablemente iniciado el fenómeno sociopolítico, los otros aspectos como la idoneidad para el cargo,  la capacidad, el liderazgo, la talla de estadista y otras condiciones  necesarias para conducir un estado,  que es altamente complejo, ya no importaba, la gente principalmente del campo, de las regiones, habían encontrado una representación directa y no se podía parar.

Convertido  en fenómeno con grandes posibilidades de ganar,  todo el espectro  de izquierdas y fuerzas cercanas,  apostaron porque ese sueño de millones de peruanos, se convierta en realidad, pese  a la fragilidad de las ideas, la organización, que sostenía al candidato  y la posibilidad  que podría ser un gobierno de cambios, de reivindicaciones, hizo que los diversos agrupamientos  apostaran por apoyar y se comprometían a un trabajo de conjunto, incluso Nuevo Perú de Veronika Mendoza,  suscribió un  documento de compromiso, que duro, lo que duro la campaña,  lo que motivo en esta ultima una desazón y un  augurio no tan entusiasta.

Desde el primer día las cosas daban una perspectiva compleja, con posibilidades  de hacer las cosas bien,  pero cual fue la desazón cuando desde el primer día,  la composición del gabinete no reflejaba ningún  norte claro, existía la posibilidad que  los actores convocados fueran dando forma a la propuesta de gobierno, se había guardado el Plan Bicentenario, no había otro que lo sustituyera, era difícil caminar  sin saber a dónde  se va,  negligentemente no se trabajaba por  asegurar una mayoría politica en el congreso, que le diera estabilidad y gobernabilidad al nuevo gobierno, una miopía  espantosa, se desperdició un extraordinario momento para ampliar la base política, obviamente  entablando  acuerdo serios, de gobernabilidad, de compromisos con determinados  proyectos, cambios o políticas.

En tanto por el lado de la extrema  derecha se sabía incluso antes  que asumiera el nuevo  gobierno, que no dejarían gobernar, tenían un numero de  congresistas que podían hacer una oposición , pero no tenían el numero para paralizar las acciones de gobierno, se minimizó su potencial, luego  con  el refuerzo de los otros sectores de derecha este sector es crucial para el desarrollo de  la crisis política del país y por lo tanto responsable de gran parte de lo que viene aconteciendo en el país.

El Presidente apostó por responder a  compromisos de campaña, incorporando a sujetos inescrupulosos,  vulgares  en sus maneras de hacer sus negocios,  a diferencia de la otra orilla que son sofisticados, se infiltro en la administración pública posesionándose en los lugares estratégicos para viabilizar sus operaciones o negocios ilícitos. Se aposto por el manejo con grupos de interés,  se abandonó el Plan Bicentenario, que  era el plan que se ofreció al país.

Al poco tiempo el gobierno fue perdiendo apoyos que fueron  muy importantes para garantizar un mínimo de calidad y capacidad de  gobierno,  internamente en el gobierno, fueron copando sectores extremistas en lo político, y  grupos de interés en lo económico, que no les interesaba contar con sectores  a los que ellos denominan caviares, la izquierda democrática, moderna, que fueran sus obstáculos  y presionaron para la salida de este sector  del gobierno. Aquí termina una fase y empieza otra, expresado en  el copamiento del gobierno por esta mezcla de sectores de la política  y la economía de la informalidad,  un gobierno sin norte, de corte populista, que junto a una oposición extremista de derecha expresada   principalmente en el congreso, fueron creando las condiciones para la confrontación política  y ganando terreno en ella, sometiendo  en la práctica  a los    sectores democráticos, que habían perdido iniciativa, fuerza y  convirtiéndolos en su  furgón de cola.

Los sectores de la izquierda democrática, moderna, progresistas, si bien apoyaron en sus inicios  al gobierno de Castillo, fueron pasando discretamente  a la oposición,  no  estaban en el gobierno, pero tampoco, se habían convertido en  oposición  abierta, militante, en un afán de no sumarse  a la campaña que desarrollaba la extrema derecha, supuestamente para no hacerle el juego como tontos útiles, es innegable que estaban en una posición muy débil,  su oposición estaba centrada en exigir que se investiguen todas las denuncias por corrupción, con independencia y con el debido proceso, por los órganos del estado correspondientes, se oponían a la vacancia, salvo que hubieran cosas graves y demostradas que justificara tan drástica medida y respecto a las diversas denuncias de los círculos cercanos a la presidencia debería ser juzgado a l final de su mandato, respetando el plazo para el que había sido elegido, que el desconocimiento del mandato popular  era un pésimo precedente para el futuro. Plantearon un respeto a la formalidad  institucional, valioso  para países modernos, pero con interrogantes para un país  del tercer mundo.

Es así como llegamos a esta nueva crisis, donde los extremos nuevamente  toman protagonismo, dejando en el balcón o muy cerca de ella a ambos sectores, la derecha democrática, y al izquierda democrática, pues ambos están descolocados,  tienen dificultades para levantar propuestas  autónomas nítidas, que respondan al sentimiento del país,  por un lado el uso abusivo de la fuerza, impulsada por los operadores de la extrema derecha hoy en el gobierno con  experiencia en ello,  necesitan de la extrema izquierda para existir y tener presencia  protagónica hoy incluso en el gobierno que no ganaron, porque con su accionar violentista, extremo, que permite o provocan actos vandálicos, proporcionan justamente lo que necesitan, el pretexto,  la justificación para impedir la protesta social legitima, la  extrema derecha tiene el escenario que siempre les ha gustado, tienen el gobierno y por ende disponen de la  fuerza.

No se puede tolerar los actos vandálicos, la destrucción de los bienes públicos y privados, aprovechando de las masivas movilizaciones de ciudadanos, que muestran su descontento con lo ocurre en el país,  ni tampoco se puede aceptar el uso desmedido de la fuerza, sino el uso inteligente y profesional de los instrumentos  y elementos propios de  las fuerzas del orden, para  garantizar la seguridad  de  todos los peruanos,  no se puede  aceptar el deterioro de los derechos humanos, ambas conductas son extremas y debemos hacer cuanto esté a nuestro alcance para evitarlo, la protesta, las movilizaciones son derechos , que los peruanos  pueden  utilizar, lo mismo la fuerza policiales  y las FF.AA en última instancia,  están para asegurar que  no se trasgredan las normas, que regulan el ejercicio de los derechos ciudadanos, sin  caer en el abuso de la fuerza y menos en la violación de derechos humanos.

Esta demostrado no de ahora, sino desde muchas décadas, que tanto la extrema derecha , como al extrema izquierda  necesitan del uso y abuso de la violencia y la fuerza, para desarrollar sus políticas, el único antídoto para ellos es  más democracia, más institucionalidad, mas estado de derecho. Estos sectores para existir, para desarrollarse, tiene que destruir el estado de derecho, la vigencia de las libertades, unos para poner un ejemplo, descociendo resultados, otros, exigiendo por la fuerza  la atención de derechos o demandas, muchas veces  exageradas , difíciles de cumplir.

El país para no volver  a vivir  este proceso, necesita la existencia de fuerzas democráticas organizadas y fuertes, que sepan ganar y perder,  cualquiera sea  el rol que les corresponda cumplir,  sus acciones deben ser   positivas, productivas, con su accionar pensando siempre en al bienestar de los peruanos, en el progreso del país,  haciendo oposición responsable, constructiva , democrática, cumpliendo adecuadamente ese   rol, también se puede  contribuir a un buen gobierno. Una oposición leal implica no abandonar  la fiscalización, el control, para que la corrupción, que ha invadido todos la esferas  del estado, sea combatida y reducida con decisiones políticas en primer lugar y también entre otros aspectos, contando con actores políticos  y profesionales con formación ética y moral. El país  necesita partidos de todos las opciones , de todos los colores, por la salud democrática en el Perú, los extremos no deben ser las protagónicas.

Por: Maco

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