El vicepresidente del Grupo Prisa da una charla sobre memoria y derechos humanos en un simposio en Lima que reunió a los rectores de tres universidades católicas y pontificias de Sudamérica
Colombia, Chile y Perú, como tantos otros en el vecindario sudamericano, comparten llagas históricas que han sumido a las tres naciones en espirales de violencia inacabables. Qué mejor que reflexionar sobre estos procesos convulsos en los claustros académicos, espacios donde se construye ciudadanía. Este miércoles se inauguró en la sede de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP), en Lima, el ciclo de ponencias denominado El papel de las memorias y los derechos humanos en la educación para la democracia, que forma parte de un simposio permanente, fruto de una alianza trilateral entre la PUCP, la Pontificia Universidad Católica de Chile y la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia.
La charla magistral estuvo a cargo del colombiano Fernando Carrillo Florez, vicepresidente primero del Grupo Prisa, con una amplia experiencia como funcionario público en el más alto nivel: exministro del Interior y Justicia, exprocurador general de la nación y exembajador de Colombia en España. “¿Qué está pasando con la democracia? ¿Para dónde vamos? Parafraseando al politólogo Samuel Huntington: creo que estamos viviendo una ola de democratización, de retrocesos”, dijo de entrada.
El abogado y economista considera que estamos viviendo una recesión democrática que puede comprobarse fácilmente en los resultados del último Latinobarómetro, donde se deja en evidencia cómo ha disminuido el apoyo hacia la democracia y cómo han aumentado las preferencias por los regímenes autoritarios. “Nuestros pueblos han sido conducidos a desinteresarse del futuro democrático. Y eso indiscutiblemente nos lleva a un deterioro. Una especie de amnesia. Lo contrario a la memoria no es el olvido, es la amnesia, la amnesia premeditada. Hay gente que quiere desconocer lo que pasó, que quiere vender una versión distinta de los hechos en nuestros países”, señaló.
Bajo su óptica son tres las grandes patologías del ámbito político en América Latina: el caudillismo, el autoritarismo y el populismo. Sin decir nombres, definió el molde de los gobernantes latinoamericanos. “Existe esa connotación histórica de pasar del virrey al caudillo, luego al dictador y después al presidente. El jefe del Ejecutivo de hoy es una mezcla de esas cuatro características donde hay una indiscutible concentración de poder”.
Según la Comisión de la Verdad, en 60 años de conflicto Colombia registra 50.000 secuestrados, 110.000 desaparecidos, 500.000 muertos, 10 millones de víctimas y ocho millones de hectáreas de tierra despojadas. “En un proceso tan complejo como este siempre hay que preguntarnos cómo construir memoria. En Colombia lo hemos intentado hacer desde la vía del diálogo, hay que oír los testimonios de las víctimas, quienes merecen un lugar privilegiado en esta historia. Y claro, contrastar. Solo así lograremos un consenso mínimo de lo que sucedió”.
En ese sentido, Carrillo Florez destacó el rol de la universidad para mantenerse como un lugar de reflexión y para estimular a las nuevas generaciones a que conozcan su pasado. “Hace unas décadas, mi generación dio batalla por consolidar democracias en nuestros países. Hoy en día, por culpa nuestra, las nuevas generaciones creen que la democracia se impone sola. Es un error. Están corriendo la cerca autoritaria y no nos damos cuenta”. “La democracia nunca se debe dar por sentada. La violencia, el conflicto y terrorismo nos puede llevar de nuevo a la barbarie en cualquier momento”, añadió.
El anfitrión del simposio, Carlos Garatea Grau, rector de la PUCP, subrayó la necesidad de este tipo de eventos, donde se discutirán realidades de tres países bajo distintas miradas. Más en una coyuntura nacional, donde el Gobierno atraviesa una nueva hecatombe. “Que este evento ocurra en Lima parece una obra de Dios. Estamos viviendo una nueva crisis política donde otra vez se pone por delante la falta de legalidad, la corrupción, el cinismo”, dijo en alusión a los presuntos negociados entre los hombres de confianza de Patricia Benavides, la fiscal de la Nación, y congresistas de varias bancadas.
“Las universidades debemos contribuir a que se adecente la política. El espacio público tiene una responsabilidad pedagógica. Nos motiva recuperar el auténtico sentido de la vida universitaria”, agregó Garatea. También participaron Ignacio Sánchez Díaz, rector de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Luis Fernando Munera Congote, rector de la Pontificia Universidad Javeriana de Colombia y la catedrática chilena Nancy Nicholls, especialista en temas de memoria.
