En el Perú los buenos funcionarios son perseguidos y sancionados y los malos son premiados. No solo ocurre en el Ejecutivo de Boluarte, lo vemos todas las semanas en el Congreso y también lo hemos visto recientemente en la fiscalía de Patricia Benavides, hasta que fue pillada con las manos en la masa.
Y en la Defensoría del Pueblo el abogado de Cerrón, donde todos los altos funcionarios de carrera fueron despedidos o se vieron obligados a renunciar. Es el imperio de la arbitrariedad, donde prosperan los mediocres sometidos al poder y se denigra a los servidores públicos que cumplen con la ley.
Pésimo para el Perú, sobre todo en un momento en que ante la arremetida del crimen organizado, necesitamos no solo a Harvey Colchado, sino a muchos como él.
En el Perú los buenos funcionarios son perseguidos y sancionados y los malos son premiados. No solo ocurre en el Ejecutivo de Boluarte, lo vemos todas las semanas en el Congreso y también lo hemos visto recientemente en la fiscalía de Patricia Benavides, hasta que fue pillada con… pic.twitter.com/LwFDcDn019
— Gino Costa (@CostaGino) April 19, 2024