Mudo Social – Noticias del Perú
Opinión

Gustavo Gorriti: Mario Huamán

Hay gente, no es mucha, cuya muerte hace sentir que se van cuando más falta hacen. Ese sentimiento, que es en sí el testimonio de una vida de logros, esfuerzos y servicio es el que despierta la muerte de Mario Huamán.

Estuve ayer, con muchos otros, en el local de la Confederación General de Trabajadores del Perú (CGTP), para despedir a Huamán Rivera, el gran dirigente de la Federación de Trabajadores de Construcción Civil y de la CGTP. Era el mismo local, ahora enlutado, desde el que partieron tantas marchas para ayudar a conquistar primero y defender después la democracia en el Perú.

En esas jornadas, Mario Huamán resaltó por la serena autoridad con la que dirigió, desde la primera fila, las manifestaciones que hicieron de los trabajadores organizados, protagonistas centrales en la defensa de los valores de la libertad. Fue un caso paradójico que no creo se haya comprendido y analizado bien. Mientras muchos dirigentes empresariales, y sus gremios, defendieron abierta o solapadamente, el régimen dictatorial de Fujimori y Montesinos, los sindicatos agrupados en la CGTP lucharon con empeño y fuerza por conquistar la democracia en los días decisivos del año dos mil. Una mayoría de esos sindicalistas provenía de una izquierda marxista que ya había hecho el tránsito irreversible a la defensa de la democracia. Así, mientras muchos de los supuestos libremercadistas defendían la dictadura, los sindicalistas de izquierda contribuyeron en forma decisiva a la victoria de la democracia.

Eso inauguró lo que ya es el período más largo de vigencia ininterrumpida de la democracia en la historia de nuestro país. No fue, sabemos, una vigencia apacible sino un vivir peligroso que en varias ocasiones caminó al filo del abismo. Logró sobrevivir con triunfos esforzados en horas decisivas, donde la victoria del mal menor sirvió para evitar la recaída en el autoritarismo dictatorial.

Mario Huamán, el líder de la Federación de Trabajadores de Construcción Civil y de la CGTP, fue un actor central en esas movilizaciones. Lo vi muchas veces durante esos años y respeté mucho su decisión, claridad de criterio y ausencia de dogmatismo.

Ahora, cuando los peligros que enfrenta la democracia son mucho mayores, tanto en este país como en el mundo entero, Mario Huamán nos hará falta en los tiempos en los se decidirá nuestro destino. Pero si lo que pervive de las vidas notables es la memoria del ejemplo, espero que en esas marchas del futuro cercano quede abierto un lugar en la primera fila donde los manifestantes sientan que don Mario marcha otra vez en las luchas que no tienen tiempo ni frontera porque defienden los valores y los fines que fundaron nuestra República.

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