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Opinión

*Isaac Bigio: La nueva coalición Keiko-Cerrón.

Justo cuando se cumple el 60 aniversario del Congreso de 1963-68, el cual fue dominado por la coalición APRA-Odría, se crea una nueva alianza contra natura entre extremos que controlará a la nueva mesa directiva parlamentaria.

Vladimir Cerrón se jacta que ahora se integraron al “Bloque Democrático” (falso mote que agrupa a todos los partidarios y aliados de la fuji-dictadura) y se arrepiente de no haberse confabulado antes con la ultraderecha para codirigir el Legislativo. Por primera vez un Cerrón entra en la directiva parlamentaria, aunque en penúltimo puesto.

W.C.

Hace 2 años, W.C. (Waldemar Cerrón) fue el portavoz del mayor grupo parlamentario (cosa que nunca había pasado con alguna formación de izquierda). Hoy, PL ha perdido al 70% de sus congresistas (26 de 37). Gracias a que inhabilitaron a Betsy Chávez, consiguieron un alterno suyo que la remplace, con lo que ahora tienen 12 legisladores. Han caído de ser la primera a la tercera bancada. En cualquier momento podrán igualar o ser sobrepasados por los 11 de APP o los 10 del BM o de CD.

WC, quien tiene las mismas iniciales que las del inodoro, ha caído en lo más hondo de la inmundicia. Para poder ganar credibilidad dentro de la megacorrupción y de la derecha, WC se ha ensuciado con esta y le ha hecho toda clase de concesiones. Fue el primero en defender a Nano Guerra para que pueda participar en sesiones parlamentarias estando de vacaciones en la playa y con ropa de baño. Votó por eximir de cargos a los golpistas del 2020 y de impuestos a los casinos que financian al fujimorismo. WC se unió con la ultraderecha contra las 2 mujeres primeras ministras de Castillo (no pudieron remover a Mirta Vázquez, pero sí desaforar a Betsy Chávez), contra la SUNEDU, contra los derechos de las mujeres y de los LGTB y para nominar al actual Tribunal Constitucional ultraconservador.

WC, tras votar a favor de remplazar a Pedro Castillo por Dina Boluarte, llamó a dar el voto de confianza a su primer gabinete, pese a las ejecuciones extrajudiciales de manifestantes.

Algo que une a Keiko Fujimori y a Vladímir Cerrón, es que ambos quieren liberarse de los procesos judiciales que pudiesen llevarlos a prisión por corrupción. Por ello, sus respectivos partidos se unen entre sí para inhabilitar a la fiscal Zoraida Ávalos, minar la independencia del poder judicial y hacer que los magistrados del TC y varios jueces y fiscales sean más condescendientes con sus casos. Cuando FP hizo que su bancada lograse que el ex abogado de Cerrón y jefe de sus asesores parlamentarios, Josué Gutiérrez, sea el nuevo Defensor del Pueblo, le estaba devolviendo un favor por otro favor.

La Coalición APRA – Odría.

Al mismo tiempo que PL se iba acercando a FP, este partido huancaíno empezaba a enaltecer la figura del último dictador anticomunista peruano nacido en su región de Junín: el General Manuel Odría. En ocasión del 48 aniversario de su muerte (18/2/1974), la única bancada que reivindicó su gestión e imprimió un afiche en su honor, fue la de PL. A pesar de que inicialmente Vladímir no se entusiasmó con ello, pocos días antes de anunciarse el actual pacto por la mesa directiva, él publicó en su Twitter un mensaje donde le presentaba como uno de los gobernantes que más obras hizo.

En su tiranía de 1948-56, Odría persiguió y encarceló a muchos apristas e izquierdistas, asesinó al principal dirigente sindical del país (Luis Negreiros, secretario general de la Confederación de Trabajadores del Perú) y reprimía a cuanta marcha o huelga pudiese para lograr que fluyese sin parar los metales que EEUU precisaba para enfrentarse a los soviéticos y a China en la guerra de Corea.

Paradójicamente, el partido al cual Odría más terruqueó fue al APRA. Su líder Víctor Raúl Haya de la Torre estuvo años enclaustrado en la embajada colombiana de Lima.
Pese a que la razón para justificar su golpe anticonstitucional de 1948 fue la de aplastar al APRA, Odría acabó aliándose con esta a poco de culminar su régimen.
La coalición APRA-UNO (Unión Nacional Odriísta) tuvo el control del parlamento peruano durante el primer quinquenio de Fernando Belaúnde (1963-68) impidiendo que su gobierno pudiese hacer diversas reformas, por más moderadas que sean, tanto en la cuestión agraria como en la petrolera.
Se supone que el PAP (Partido Aprista Peruano) y AP (Acción Popular) no solo tenían siglas similares, sino que decían promover una serie de cambios sociales frente a la vieja oligarquía. Haya, en vez de buscar una alianza con Belaúnde (y un pacto PAP-AP), consideraba que el arquitecto era su gran enemigo por tener propuestas similares a las suyas. Por eso, en las elecciones de 1956, el APRA llamó a votar por el derechista expresidente Manuel Prado en contra del nacionalista Belaúnde. Luego, cuando en 1962 ninguno de los candidatos superó el tercio de votos, Haya, quien quedó primero en votos, estuvo dispuesto a hacer que Odría, quien quedó tercero, sea ungido por el parlamento.
En 1963, cuando se dieron las primeras elecciones municipales en la historia de Lima, el APRA apoyó la candidatura de la ex primera dama de la dictadura, María Delgado de Odría.

La coalición APRA-UNO exigía mano dura contra los apristas rebeldes que formarían el MIR y también paralizaron una serie de reformas. Con ello ayudaron a producir que en 1968 los militares tomasen el poder para tratar de aplicar los planteos primigenios del PAP y AP que ambos habían dejado de lado.

FP deshace a PL.

Si la coalición APRA-UNO consideraba como adversarios a los “rabanitos”, Cerrón usa el apelativo fujimorista de “caviares” (que son motes despectivos similares con los que la ultraderecha se burla de socialistas) para seguir considerando a las izquierdas como su gran enemigo. Mientras el apro-odriísmo saboteó al gobierno constitucional centrista, el fuji-cerronismo va a apuntalar al actual régimen represivo derechista (ya sea con Dina u otro saurio en la presidencia).

En la primera coalición sobrevivió el partido más antiguo (APRA), mientras que el de Junín (UNO) se esfumó. Algo similar puede pasar ahora. El fujimorismo con su aparato nacional (que tiene más de un tercio de vida) va a terminar por hacer trizas a su aliado (PL), el cual en Junín ha perdido el gobierno regional y la alcaldía capitalina. Hasta el último gobernador de este departamento, Fernando Orihuela Rojas, quien es también medico al igual que sus primos Vladimir y Waldemar Cerrón Rojas, ha roto con el lápiz para formar su propio movimiento político.

PL no ha de postular a la ex primera dama de la fuji-dictadura, pero Keiko les ha dado un beso de la muerte. El cerronismo ha perdido a su autoridad y capital políticos, así como a la mayoría de sus bases y electores. En la víspera de la votación, a canal N fue Cerrón. Allí dijo que su reducida bancada es la única de izquierda, una forma cínica de demostrar que es él quien ha roto con todas las izquierdas. PL demuestra que no es un partido ni es socialista, sino que es un mero clan familiar que va a ser un mayordomo del bloque ultraderechista.

Isaac Bigio. Politólogo economista e historiador con grados y postgrados en la L,ondon School of Economics.

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